Escándalo policial: denuncias de “favoritismo” y silencio cómplice ante cobros irregulares

A días del escándalo que salió a partir de la denuncia del segundo jefe de la Unidad Regional de Tartagal, Martín Flores Saravia, en contra de su superior, el comisario general, José Luis Alfaro, por imponer el cobro irregular de dinero (alrededor de $800 mil mensuales) a productores de la región por protección policial, siguen las repercusiones.

Las críticas apuntan no sólo porque Flores Saravia fue inmediatamente puesto a disponibilidad tras denunciar los manejos ilegales de dinero, sino por el absoluto silencio impuesto desde la jefatura policial.

Además hay un duro reclamo por la polémica designación de Alfaro, quien llegó a esa unidad en julio pasado, con el único pergamino de ser amigo de “camada” del actual jefe de policía, Diego Bustos, y pese a no contar con los mejores antecedentes.

Según se pudo conocer, Alfaro ya habría sido suspendido por recibir dinero a cambio de prestar un servicio adicional paralelo, una práctica casi calcada a la denunciada por Flores Saravia. 

Este antecedente, según fuentes internas de la cúpula policial, no fue tenido en cuenta por el jefe de policía, quien habría priorizado la “vieja amistad” con Alfaro.