Del robo de caños a los rieles: El “modus operandi” de los intendentes del norte
Ayer, durante un allanamiento en las propiedades del intendente de Morillo, Atta Gerala, se hallaron numerosos bienes de dudosa procedencia, entre ellos rieles robados, que forman parte de un lucrativo mercado negro hacia Bolivia.
La escuela de estos actos de pillajes es conocida. Su representante más famoso es otro colega, el ex intendente de Aguaray, Jorge Enrique Prado, detenido, juzgado y condenado por el robo no de rieles, sino de caños del gasoducto GNEA que, al fin de cuenta, es lo mismo, pues se trata de bienes del Estados Nacional.
Tras la condena de Prado, los ladrones volvieron sus ojos a otros de los bienes en abandono: los rieles. El negocio seguía siendo el mismo: el robo y reventa en tierras vecinas.
Ya en agosto pasado, surgieron indicios de que Don Atta había entrado en ese negocio, pues varios apuntaron a su hijo, José Miguel como la cabeza visible de las maniobras.
Tanto que una denuncia llegó a manos del fiscal general, Eduardo Villalba, de la Unidad Fiscal Salta, quien no dudó en poner el ojo en el asunto, como sucedió con “Quique” Prado, pues fue el fiscal que llevó a juicio al ex intendente de Aguaray.
Como resultado de las pesquisas, el fiscal no tardó en confirmar la hipótesis que ya todos sabían y que involucran a integrantes de comunidades aborígenes como los principales aliados del intendente para el robo de los rieles, pues sería el “brazo ejecutor” del saqueo de los rieles, los que luego eran acopiados en propiedades ligadas al intendente, incluso se supo que de su finca se secuestraron varios tramos de las vías sustraídas.
La visita de los gendarmes terminó de la peor manera para Gerala, pues se llevaron detenido a su hijo y a otro cómplice.
La audiencia de imputación se hará a media mañana en el Juzgado federal de Orán, donde se tramita el caso. El fiscal Villalba, por video conferencia, formalizará la acusación penal que, para mayor miedo del intendente, todavía no está cerrada, por lo que no se descarta que el jefe comunal recorra el mismo andar de su colega de Aguaray.