Pablo López: Fue el más votado por LLA, lo expulsaron por “incapacidad moral” y volvió al Concejo como si nada

La historia política de Pablo López parece un guion de película. Pasó de ser el concejal más votado de La Libertad Avanza a ser repudiado y expulsado de su propio espacio y del cuerpo deliberativo por “incapacidad moral” para ejercer el cargo, al que meses después volvió como si nada hubiera pasado, mientras continúa enfrentando una causa penal que aún no se resolvió.

Todo comenzó cuando López, quien años atrás también militó en el PRO, era una de las figuras más visibles del espacio libertario en Salta. Exhibía, con furia y desparpajo, las banderas de Javier Milei y supo capitalizar una ola electoral que lo convirtió en uno de los más votados en mayo. Pero ese ascenso meteórico, se desplomó poco después.

Pablo López está denunciado por violencia sexual, económica, física y psicológica

El dirigente quedó en el centro de la tormenta cuando se filtró un audio en el que aparentemente le exigía favores sexuales a su expareja, también electa convencional, como condición para entregarle parte de su sueldo. La mujer lo denunció penalmente por violencia sexual, física, psicológica y económica, y el caso explotó en los medios provinciales y nacionales.

La Libertad Avanza, aunque con retraso - pues según la víctima ya les había advertido sobre la situación -, lo expulsó del partido y sus compañeros del Concejo hicieron lo propio, votando por unanimidad su salida bajo el argumento de “incapacidad moral sobreviviente”. Parecía el final de su vida política, pero no.

Según el propio Tribunal Electoral, no había elemento alguno para impedirle acceder a la banca. Y así fue: este miércoles, López apareció en el recinto de avenida Líbano, levantó la mano derecha y juró “por Dios y por la Patria”, aunque ahora completamente desvinculado de La Libertad Avanza, que ya anunció que buscará expulsarlo nuevamente mediante un pedido formal.

Hoy, el flamante concejal armó su propio monobloque, al que bautizó “Libertad y Progreso”, nombre cargado de símbolos liberales y, según algunos, elegido para capitalizar parte del electorado que alguna vez lo apoyó.

La pregunta que queda flotando en el aire es inevitable: ¿Este es el último capítulo de la saga López o todavía falta otro giro inesperado?.