Scioli enojado, Macri feliz pero vacío
Por fin llegamos al final de la campaña política, quizás la más larga, pero a su vez, la más vacía de contenidos. El domingo elegimos entre dos modelos. A votar, sin miedo, pero con responsabilidad.
Ayer fue el último día de actividad proselitista y los dos candidatos al balotaje tuvieron sus actos de cierre claramente diferenciados.
El colorido, la diversidad del público presente, lo majestuoso del monumento a los Héroes de la Independencia, la Pachamama, todo quedará en la retina de los votantes por largo tiempo. Pero de discurso poco y nada. Que queremos un país mejor, que a los argentinos nos vaya mejor, que no haya confrontación, todos juntos, es obvio. No dijo nada de nada, solo palabras bonitas, frases hechas y estudiadas. Cada vez que intentó arengar sonó mal, porque no es un político, no tiene oratoria, no sabe dirigirse a la masa. No obstante, muchos le creen y han depositado en él la confianza de que es capaz de construir un país mejor.
Con esa actitud y con el estilo del acto demasiado tradicional, el candidato del FpV difícilmente haya logrado volcar algún voto indeciso a su favor.
Desde hoy, cuando comience la veda, nos quedarán Internet y las redes sociales como campos de batalla hasta el momento mismo de la votación, donde no habrá nada nuevo de los dos candidatos. Es de esperarse más agresión, más bombardeo. Dicen que muchos votantes se definirán a último momento, por lo que habrá que esperar al escrutinio para conocer el resultado final, aunque la tendencia es clara.
Lo que es seguro es que la asistencia a las urnas será masiva, quizás en un porcentaje que supere el 80%. Nos queda meditar, pensar en las propuestas de cada uno, que fueron pocas, tomar conciencia que lo que está en juego es el destino del país por los próximos años… y no es poca cosa.
Por: Federico A. Storniolo
Fuente: www.informatesalta.com.ar