“Yo no lo hice”. La defensa de Chocobar ante el crimen de Cintia Tapia
Con un relato contradictorio y vago al momento de señalar detalles sobre la presunta presencia de otro sujeto en la escena del crimen, Ramón Angel Chocobar se declaró inocente, incluso aseguró que salió en defensa de su ex novia, Cintia Carmen Tapia. No le creyó nadie.
Policiales24/09/2017Pese a los argumentos esgrimidos ante el fiscal penal, Ramiro Ramos Ossorio, el joven de 22 años, Ramón Chocobar, no logró modificar en lo más mínimo la imputación de homicidio en su contra, agravada por tres figuras: la de “alevosía”, “criminis causa” y “femicidio”, por cualquiera de ellas, la pena es de prisión perpetua.
En su versión del crimen, según revelaron fuentes policiales, Chocobar incluyó la supuesta presencia de una tercera persona, al que identificó con un apodo, aún mantenido en reserva, y a quien le adjudicó la autoría material del brutal asesinato de Cintia Carmen Tapia, la joven de 25 años que fue masacrada a pedradas en el rostro en la madrugada del 21 de septiembre, en el camping El Préstamo, en el dique Cabra Corral.
Chocobar adujo, en un intento por revertir su imagen, que salió en defensa de su ex novia, sin embargo, no hay ningún registro de que haya pedido auxilio a la policía, ni tampoco testimonios que indiquen que el acusado habló o pidió ayuda a otros amigos. Tampoco lo mencionó él mismo, cuando un policía lo interceptó en la ruta 68, con sus ropas ensangrentadas y en dirección a su vivienda.
Según informó la policía, Chocobar sostuvo que las manchas se debían a una pelea que mantuvo en el dique con otros jóvenes, un argumento que por esas horas no parecían descabellado, pues la madrugada del día del estudiante el camping fue escenario precisamente de una seguidilla de enfrentamientos.
No obstante, el policía que lo encontró decidió demorar a Chocobar, a quien trasladaron hasta una celda de la Subcomisaría de Coronel Moldes. Una fuente de esa dependencia, indicó que en ese edificio ya se hallaba Leandro Meaya, el joven que descubrió el cuerpo de Cintia Tapia en una zanja, a metros del alambra perimetral del camping.
Allí, mientras se reponían de una fuerte borrachera, los dos jóvenes cruzaron algunas palabras hasta que finalmente Meaya llegó a la conclusión de que su compañero de celda, podría ser el sujeto que mató a la joven que vio cuando fue a orinar.
Tras considerarlo responsable de ello, las acusaciones entre uno y otro llamaron la atención de los policías. “Vos fuiste. Por tu culpa yo estoy aquí”, habría reclamado Meaya en voz alta. El entredicho llegó a oídos de los investigadores de la División Homicidios, quienes centraron toda su atención en Chocobar, quien todavía estaba embadurnado con la sangre de su víctima.
En sus intentos por despegarse del hecho, Chocobar, de 22 años, se hundió cada vez más al tratar de explicar sus ropas manchas con sangre. Su versión pasó de una pelea con otros estudiantes, a una pelea con supuestos baqueanos hasta la versión que dio al prestar declaración indagatoria, en la que ubicó en la escena del crimen a una tercera persona, supuestamente, un sujeto que llegó al lugar y mató a Cintia.
Pese a sus esfuerzos por hacer creíble su coartada, nadie le creyó. Los investigadores ni los funcionarios de la fiscalía, sin contar que no pudo señalar a ningún testigo que pueda confirmar su versión, ni tampoco aportó la identidad del supuesto asesino, el que parece ser más “imaginario” que real, al menos, en la escena del crimen.
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