


Sampaoli se olvida de la asistencia psicológica
Tal y como ya hicieran el ‘Tata’ Martino y Edgardo Bauza, el técnico de la selección prescinde de los servicios de un psicólogo especializado.
Deportes24/05/2018
Se está hablando mucho sobre las ausencias en la lista definitiva de los 23 jugadores que disputarán el Mundial de Rusia 2018 con la selección de Argentina, sobre todo de la de Icardi. Sin embargo, independientemente de los convocados a formar un plantel que solamente pueden integrar 23 jugadores, llama también la atención un vacío en el cuerpo técnico de la albiceleste.
Después del trauma de la final de Brasil 2014, con aquella nueva oportunidad perdida que a punto estuvo de provocar que Leo Messi abandonase la selección, han sido muchas las voces que han sugerido que quizás el combinado nacional debería contar con los servicios de un especialista en psicología deportiva que les ayudase a cerrar esas heridas del pasado.
La psicología es una materia a la que cada vez se le da más importancia en el deporte de élite. Se empezó a trabajar de manera especial en disciplinas donde la competición se produce sobre todo a nivel mental; es el caso del ajedrez o del poker, donde incluso jóvenes estrellas como Fedor Holz, pese a su talento natural, cuentan con su propio entrenador mental. De ahí se pasó a deportes individuales como el tenis, donde cada vez son más los jugadores que cuentan con un psicólogo especializado como parte de su equipo técnico.
Un buen ejemplo de esto es la selección argentina de tenis. La Copa Davis se les resistió durante años, causando una frustración similar a la que sufre la albiceleste de fútbol. En 2015 llegó al equipo argentino de la Davis el ex jugador de rugby Bautista Segonds, que empezó a trabajar el aspecto mental de los jugadores primero a nivel individual y después como equipo. Coincidencia o no, los resultados hablan por sí mismos: después de haber sido finalista en cuatro ocasiones, Argentina se convirtió por fin en campeona de la Copa Davis a finales de 2016. Lo conseguía además contra todo pronóstico, solamente Francia en 2001 había logrado ganar el título después de haber jugado todas las series como visitante.
En el mundo del fútbol, otro ejemplo de éxito es el de la selección de Perú, que cuenta con la asistencia del psicólogo Marcelo Márquez y que ha conseguido clasificarse para una Copa del Mundo por primera vez después de 36 años.
Este tipo de experiencias son las que llevan a muchos a preguntarse por qué la selección, cuyo bajo nivel anímico se ha puesto de manifiesto a lo largo de la fase de clasificación al Mundial de Rusia o en partidos desastrosos como el amistoso ante España, no acaba de confiar en el tratamiento psicológico del equipo.
En el pasado la selección argentina contó con la ayuda puntual del especialista Marcelo Roffé, quien recientemente ha pasado a ser el psicólogo de la selección de Colombia. Sin embargo, durante su tiempo en la selección Martino prefirió prescindir de este tipo de ayuda. Sí se confió a los servicios de un ex Puma, Federico Todeschini, que ejerció como motivador con una técnica que se denomina “coaching”, una materia nueva en la que a menudo es difícil distinguir entre quiénes están realmente especializados y quiénes no.
El “coaching” cuenta tanto con defensores como con detractores. Con respecto a la selección de México, dirigida por el colombiano Juan Carlos Osorio, el psicólogo argentino Pablo Sucarrat comentó a los medios que en el fútbol se debería contar con un especialista en psicología deportiva y no en “coaching”. Hacía referencia a Imanol Ibarrondo, un ex agente de la policía vasca en España con el que Osorio cuenta para trabajar el aspecto mental de la selección mexicana.
La psicología deportiva es una disciplina que lleva años de desarrollo, pero también son muchos los que tampoco la entienden como parte de una competición como es el fútbol.
Parece ser el caso de Jorge Sampaoli. El técnico cree que la clave del éxito para la selección de argentina está en el fútbol amateur; no en nuevas técnicas o complicadas estrategias, sino en lo básico. Su planteamiento para el próximo Mundial de Rusia 2018 pasa por crear un equipo que juegue bien y que salga a buscar los buenos resultados, no que espere que se los den. Para ello, Sampaoli quiere que sus hombres “disfruten”, que se diviertan jugando al fútbol como hacían cuando decidieron que querían dedicarse a ello.
Por el momento, el refuerzo en la línea ofensiva del equipo parece apuntar en esa dirección. Sampaoli apuesta por compartir la responsabilidad en lugar de que toda la presión recaiga en el 10 de la albiceleste. Un Leo Messi que ya ha aterrizado en Argentina y al que se le ve con ganas de que, esta vez sí, sea el Mundial definitivo.






















