La primera ingeniera mecánica salteña recibida en el Balseiro, sueña con dedicarse a la robótica
La joven de 23 años se convirtió en la primera mujer de la provincia en lograr el título en el prestigioso instituto ubicado en Bariloche. “No fue nada sencillo, me costó mucho, pero estoy muy feliz,” dijo a InformateSalta.
Sociedad28/06/2018Hace 3 años, Jimena López Murillo, una joven estudiante salteña emprendía su viaje hacia el Instituto Balserio, una de las instituciones más prestigiosas de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en busca de convertirse en ingeniera mecánica, lo que finalmente logró días atrás.
Con tan solo 23 años, es la primera mujer salteña que alcanza el título en dicha institución y en diálogo con InformateSalta compartió su experiencia. “Estoy muy muy feliz y agradecida. Y fue algo que en verdad me costó mucho, no fue algo sencillo, porque me tuve que ir lejos de Salta, que es una ciudad que amo, y esta toda mi familia y me fui, fueron tres años, que no fueron fáciles, no es que la pasé mal, aprendí un montón, aprendí cosas increíbles,” dijo.
Durante este camino, recibió el apoyo y acompañamiento de muchos profesores, entre los que destacó al querido Daniel Córdoba, quien la orientó en las Ciencias y Tecnologías desde que era muy chica. “Quiero agradecerle por la vocación que me dio en el tema y me da fuerzas, mi pasión para el tema para seguir,” contó.
Pero no se trata de algo que se le haya ocurrido en los últimos años del secundario sino que su curiosidad por conocer el funcionamiento y mecanismo de piezas móviles, empezó cuando era muy pequeña.
“De chica desarmaba jueguitos para ver cómo funciona y quiero entender si este engranaje mueve esto, como llego a tener brazo de palanca y siempre sentí mucha curiosidad de como hacían las máquinas para hacer lo que hacen. Tiene un amplio campo de acción, me dedico a hacer motores, piezas hidráulicas, reactores nucleares o robótica, por ejemplo, que es el tema que más me gusta,” indicó.
Aún con futuro incierto, Jimena inicia en agosto una maestría en la materia que más la apasiona, la robótica, de dos años. “Después no sé muy bien que voy a hacer, no sé si voy a hacer un doctorado o voy a empezar a trabajar, pero si en algún momento me gustaría volver a Salta,” expresó.
Pese a ser una carrera en la que las mujeres suelen escasear, la joven ingeniera destacó que este año de los 8 recibido 2 fueron mujeres, cosa bastante particular y excepcional. En un mundo donde los hombres abundan, el trato nunca fue diferente.
“Nunca me sentí discriminada, ni nada. Por ahí eran comentario de forma externa, amigos, familiares, sin mala intención, pero de preguntar porque la elección de la carrera y no otra, pero de parte del Instituto, de las autoridades, ni de los profesores, ni de los compañeros, no sentí un trato diferente,” finalizó.