Juana, la niña de 8 años que está cambiando el paradigma del Rugby en Salta
A través de las redes sociales comenzó a difundirse la foto de Juana saltando con la pelota ovalada bajo el brazo, bien sujeta, rodeada de niños que intenta quitársela. La imagen aparece como una metáfora de los cambios que las mujeres encaramos en estos tiempos, rompiendo mandatos, derribando barreras que alguna vez el machismo nos impuso.
Sociedad31/10/2019Isabel BrionesSon muchas las mujeres adultas que de niñas soñaban con ser jugadoras de Rugby pero, por cuestiones del machismo, nunca, o muy pocas lo cumplieron en algún momento de su vida. En Salta, hoy comienzan a romperse esas arcaicas estructuras que excluían a las chicas en el deporte.
Juana Barraguirre tiene apenas 8 años y sabe muy bien lo que quiere y lo que le gusta. Con la inocencia de cualquier niña, sin prejuicios y siguiendo lo que su corazón le dice, se unió a un equipo de rugby que, ahora gracias a ella, es mixto. Es la única niña en el equipo y lo asume con total naturalidad.
InformateSalta dialogó con el papá de Juana, Ezequiel Barraguirre, jugador de rugby en Gimnasia y Tiro, y quien practica el deporte desde los 4 años. Sorprendentemente, no fue Ezequiel quien incentivó a Juana a unirse al rugby, fue su propia voluntad y su propio deseo el que la llevó a integrarse al equipo infantil.
“Yo siempre la incentivé a que haga actividades y deportes. Su mamá jugaba al jockey en Popeye y probaron de que Juana juegue ahí, en Gimnasia, en Tigre, fue a natación a un club, corrió triatlón en otro club, hizo muchas actividades, danzas, pero se quedaba un mes y después no le gustaban y no quería volver. Iba con el entusiasmo de los primeros días y después ya no quería ir más”, describe Ezequiel.
No podría asegurar si Juan eligió el rugby o si el rugby la eligió a ella. Ezequiel nos cuenta que su hija nació prematura y el día que le dieron el alta, ese mismo día, él tenía un partido importante y llevaron a la niña a la cancha. La bebé, casi recién nacida, presenció su primer partido con apenas algunos días de vida.
“Toda su vida fue a la cancha por mi familia, ahora es compañera de un primo, el hijo de mi hermano. Hace algunas semanas la llevé al club porque yo tenía entrenamiento, ella siempre me acompaña y se va a los juegos o se queda en la confitería, anda por ahí, juega con otros chicos. Ese día había entrenamiento de rugby infantil, y cuando yo salí de entrenar ella ya estaba ahí metida entrenando”, cuenta el jugador.
Así como cuando uno no quiere la cosa y se dan por naturaleza, casi sin querer queriendo, Juana se integró. “Mucho mérito tiene el chico que entrena a los infantiles, Diego Ortiz, él la vio que estaba ahí con el primo y la invitó a jugar. Después volvió a dos entrenamientos más y el entrenador le propuso jugar un sábado. Ese día ella se levantó sola y me pidió que la lleve a jugar”, dijo el papá.
En el club, los infantiles no tienen un juego competitivo sino que se denominan encuentros. “Juana participó de dos encuentros y me llamaron de la subcomisión para decirme que a ellos les gustaría formalizar su integración en el club. En el estatuto de la subcomisión de rugby no dice que las mujeres no pueden ser parte de los equipos, pero ahora hicieron una modificación donde se explicita que se reciben nenas de entre 5 y 13 años para el rugby infantil que desde ahora se juega mixto”.
En Salta Capital el único club que tiene un equipo de mujeres es el de la Católica, pero no tiene infantiles sino juveniles, empiezan a partir de los 15 años. En los países donde el rugby es tan importante como el fútbol acá, donde los chicos hasta los 13 años juegan en equipos mixtos y después cuando se hacen adolescentes separan los hombres de las mujeres.
“La idea del club ahora es empezar a formar a chicas hasta los 13 años, hacer una división única juvenil y después tener un plantel superior de rugby femenino. Hasta ayer ella era la única nena, ahora se sumaron dos en otras divisiones. Yo lo veo como algo lógico que siempre debería haber sido así, estamos tarde pero en buena hora de que se empiece de a poco”, sostuvo Barraguirre.
Aplaudimos a Juana, a las niñas y mujeres que viven sin prejuicios, persiguiendo sus sueños y aplaudimos a los padres que las acompañan y que apoyan sus elecciones. “Nunca me planteé que a ella pudiera gustarle, fue muy natural. Nunca se me ocurrió integrarla, pero cuando la vi en los entrenamientos y todo el entusiasmo que le pone, la re apoyo. Nunca me imaginé ver a mi hija jugando al rugby. Ella sola se abrió el espacio. En mi casa están todos alborotados, le compraron botines, camisetas. El sábado había un encuentro en Jujuy y fue toda la familia, abuelos, tíos primos, todos para verla”.