Los Infernales metieron el séptimo triunfo al hilo en el Delmi

El combinado salteño venció 84-73 a Deportivo Norte de Armstrong, Santa Fe. El goleador de la noche fue Christian Schoppler que terminó con 22 puntos. El conjunto norteño volverá a jugar la semana que viene cuando encare una nueva gira.

Deportes 03/03/2020
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Salta Basket volvió a ganar en su reducto, esta vez frente a Deportivo Norte de Armstrong, Santa Fe, y de esa manera mantiene una racha positiva de siete partidos sin perder como local. Fue 84-73 con un Christian Schoppler encendido que terminó con 22 puntos. 

Con un parcial de 11-0 el arranque fue demoledor para Los Infernales. Diferencia que la hicieron a base de bombas de tres, dos del goleador de la noche, el chaqueño Schoppler, y una del base infernal, Franco Bazani, más doble del interno y capitán Santiago González.

Pero en frente estaba Deportivo Norte, elenco de la localidad de Armstrong que llegó a La Linda con el pergamino de ser nada menos que el escolta del puntero en la Conferencia Norte. El doble que terminó con la sequía de la visita llegó a través del goleador de Norte, Jonatan Torresi, cuando restaban 6 minutos 10 segundos para el final del primer cuarto.

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Cuando parecía que la visita reaccionaba y se acercaba en el electrónico llegaron los cambios y el aire renovado de quienes ingresaban desde el banquillo de relevos en Salta. Dinámica que impidió la reacción visitante y terminó por capitalizar una buena diferencia tras cumplirse los dos primeros cuartos en la noche salteña. Los Infernales se fueron al descanso largo ganando por 15 puntos.

El tercer capítulo puso en jaque al conjunto local. Los santafesinos, dirigidos tácticamente por Alejandro Cupulutti, tuvieron en Jonatan Torresi al hombre capaz de dar vuelta la historia. Metió 12 de los 22 puntos del equipo en ese período y junto a las certeras ofensivas de Celestino Cupulutti hicieron que Deportivo Norte se pusiera a cinco  con 10 minutos finales por jugar.

Sin embargo, en el último chico, llegaron las bombas de Schoppler primero y Bolivar después, los simples claves de Flis y toda la sapienza del joven armador, Bazani, para poner calma en medio de la tormenta. Además del incansable trabajo de González en la zona pintada, bien reemplazado las veces que le tocó pisar la madera salteña por el juvenil Hierrezuelo.

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