Finaliza la segunda semana del juicio por Jimena: el relato de su hija, uno de los momentos más duros

Justicia14/05/2021InformateSaltaInformateSalta

Desde el 3 de mayo se viene desarrollando la Audiencia de Debate contra Sergio Horacio Vargas como partícipe secundario del delito de homicidio triplemente calificado por ser cometido con alevosía y ensañamiento y por precio de o promesa remuneratoria en perjuicio de Jimena Beatriz Salas y en contra de Nicolás Federico Cajal como autor responsable del delito de encubrimiento agravado en perjuicio de la administración de justicia.

Este viernes se cumple la segunda semana y el tribunal compuesto por los jueces Francisco Mascarello, Federico Diez y Federico Armiñana Dohorman escucharon el testimonio de 70 personas. 

Durante este viernes se espera el testimonio de 7 testigos más, pero quizás uno de los momentos más duros para los presentes fue escuchar el testimonio de una de las hijas de Jimena Salas y Cajal, expresados tanto por una tía de la menor días atrás,  como por una psicóloga que realizó la Cámara Gesell a la menor. 

Esta psicóloga, María Laura Silisque, declaró en la audiencia de este jueves y  contó que la nena dijo que vio cuando un hombre, al que denominó "chico malo", atacó a su madre. Silisque aclaró que la nena no pudo brindar características físicas de este hombre. 

Juicio Salas

La profesional recordó que la niña llegó a la entrevista con una de sus abuelas, contó que para abordar la entrevista se había reunido con el fiscal, quien le indicó los puntos en los que debía indagar. Enfatizó que la nena tenía tres años en ese momento (la cámara Gesell se hizo poco tiempo después del crimen) y contextualizó que la edad evolutiva de la niña implicaba que tuviera algunas limitaciones para verbalizar lo que había vivido porque a esa edad recién estaba adquiriendo las capacidades linguísticas. "Se trabajó de la manera que fue posible, tratando de entender los tiempos evolutivos de la niña abordando el hecho de que podía relatar a su modo por la edad que tenía", sostuvo.

A seguir, el fiscal Gustavo Torres Rubelt le preguntó respecto a "aspectos de interés que le hayan llamado la atención" de lo que la nena manifestó. "La niña de la forma en que ella pudo, con frases muy cortas, pudo relatar que había atravesado un hecho de violencia. Ella comentó que había ingresado una persona al domicilio, que había discutido con la madre, que era de sexo masculino. Ella le decía el chico malo. Recuerdo que comentó que había visto pelear a la mamá y a este chico, que el chico en un momento la encierra a ella en el baño con la hermanita, estaban encerradas en el baño y después el papá las salva", sostuvo Silisque. 

La profesional también detalló que la niña "refiere que esta persona que llega a la casa" lo hace "con un perrito chiquito, color marrón (...) a upa'". Dijo que le preguntó a la nena si conocía a este hombre, y ella le contestó que no, que no sabía su nombre, y repitió que "la lastimó a la mamá".

La psicóloga dijo que la niña estaba impactada y que si bien había una manifestación emocional a través del llanto también presentaba otros síntomas propios del estrés post traumático. Indicó que esta sintomatología es característica de niños que no pueden expresar todavía en palabras las formas en que les afectó un hecho pero que sí lo manifiestan de forma corporal.

Ante una pregunta de la fiscala Ana Salinas Odorisio, Silisque aclaró que la dificultad para expresar mediante el lenguaje verbal es propia de la edad madurativa de la niña, no de su personalidad. "A los tres años el vocabulario es aproximadamente de 200 palabras, hay muchos significantes con los cuales todavía no cuentan y no pueden simbolizarlo mediante la comunicación verbal", explicó.

Respecto a las manchas de sangre que tenía la nena en la ropa, la psicóloga dijo que le contaba que le había "saltado salsa de tomate". Con esa analogía, "entiendo que pudo haber hecho referencia a que era sangre", explicó la profesional. Además la nena solo hizo referencia a un hombre. En la escena del crimen se encontraron dos perfiles genéticos de varones que siguen sin ser identificados.

La cámara Gesell no se hizo a la hermana melliza que también estuvo en la casa ese día del crimen. El abogado Pedro Arancibia, defensor del Cajal Gauffín, consultado por Salta/12, explicó que en su caso se había evaluado que no estaba en condiciones de atravesar la entrevista. El padre había explicado en su declaración que tiene autismo y que recibe distintas terapias de un equipo interdisciplinario desde su diagnóstico.

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