Días atrás, concejales de la Comisión de Servicios Públicos, Actividades Comerciales y Privatizaciones recibió a representantes de la Secretaría de Servicios Públicos y Ambiente del municipio y autoridades de la empresa LUSAL, para conocer más de la labor y acciones que hacen al mantenimiento de luminarias en los distintos barrios de la ciudad.
Los ejes de la charla fueron la semaforización, la uniformidad en niveles de iluminación en la comuna, la colocación de nuevas instalaciones, la modalidad de recepción de reclamos de vecinos, entre otros.
Lo cierto es que al inicio, esta empresa funcionó pero con el correr de los años se volvió casi innecesaria y demasiado costosa ya que factura cada vez más y el servicio es el mismo.
LuSal es uno de los contratos más importantes junto a Agrotécnica Fueguina que tiene la Municipalidad y es por eso que preocupa a algunos concejales que la red de luminaria no se amplíe, que los usuarios son cada vez más por lo que la empresa recauda más porque le cobra a cada vecino, pero no se invierte en el mismo nivel.
“Va acrecentándose la cantidad de gente que paga el servicio, pero los puntos de luz son los mismos. Si uno mira con detenimiento puede encontrar inconsistencias y obligación de inversión por parte de LuSal”, manifestó el edil Gauffin.
Otro reclamo, por ejemplo es la semaforización, ya que es deplorable el estado y el funcionamiento de algunos, con lámparas quemadas, postes en mal estado. Algunos son tan antiguos que no se ven de día, no se cambiaron por sistemas LED, y ni que hablar de la descoordinación reinante de las luces verdes lo que provoca un tránsito lento en la ciudad.
Con el correr de los años, LUSAL se volvió casi innecesaria
y demasiado costosa ya que factura cada vez más
y el servicio es el mismo.
Por contrato, LUSAL, que tiene a su cargo alrededor de 63 mil luminarias en la ciudad. La firma cuenta con un sistema de atención de requerimientos a través de una línea 0800 y un patrullaje que se debiera realizar por la ciudad a los fines de verificar la situación del alumbrado público, pero las respuestas que da la empresa ante las quejas tampoco son tan rápidas ni eficientes como lo era unos años atrás. Quizás disponga de menos móviles o menos personal para esa tarea, pero era conocido que antes, uno llamaba y la respuesta era inmediata. Ya no.
En algún momento deberá plantearse la necesidad de continuidad de esta tercerización de un servicio, que cuesta mucho, y hace poco.