Un salteño sufrió un ACV en Bolivia y le negaron la atención “por ser argentino”

Orlando Ibáñez y su mujer habían viajado desde Salta hasta Bolivia para participar de la peregrinación de la Virgen de Urkupiña. Pero una complicación de salud que tuvo el hombre frustró sus planes y la familia terminó viviendo una verdadera pesadilla porque el Estado le negó la atención médica.

Su hija denunció que fue discriminado “por ser argentino” y que, tras ser rechazado en varios centros de salud por falta de camas, terminó internado en una clínica privada donde tuvo que pagar 180.000 pesos.

“No vamos a sacar a un compatriota nuestro de una cama para atender a un argentino”, fue la respuesta que recibió el hombre según lo que contó su hija al sitio Voces Críticas.

De acuerdo al relato de la mujer, su papá se desmayó antes de llegar a la procesión y cayó en medio de la calle”. Si bien inmediatamente llamaron a una ambulancia, al lugar arribó un camión de bomberos. “Pasaron por varios hospitales públicos y ninguno lo quería recibir”, se indignó la mujer.

Y a pesar de las buenas intenciones del conductor, que se bajó del vehículo para hablar con los médicos e intentar de que fuera recibido tras varios intentos frustrados, le respondieron que “no iban a sacar una persona de ellos para poner un argentino”.

Ante la negativa y debido que Orlando necesitaba atención inmediata, su familia optó por llevarlo a una clínica privada, donde finalmente fue recibido con algunas condiciones.

“Le hicieron firmar un pagaré diciendo que tenían que pagar la internación y que lo iban a tener 12 horas. A mi papá lo pusieron en la terapia y, en total, gastamos 180.000 pesos”, contó su hija, quienes en ese momento no contaban con el dinero para hacerle frente a esa deuda.

La situación se puso mucho peor cuando los profesionales determinaron que el paciente debía permanecer más tiempo de lo estipulado en la terapia intensiva por lo que su familia tuvo que vender el auto para afrontar los gastos médicos.

Una vez que Orlando fue estabilizado, su mujer logró hacer los trámites correspondientes para que pudiera volver a Salta en un avión sanitario. El hombre estuvo internado cerca de tres meses hasta que finalmente pudo recuperarse.

180.000 pesos. Para afrontar esa deuda tuvo que vender su auto.
 
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Orlando Ibáñez y su mujer habían viajado desde Salta hasta Bolivia para participar de la peregrinación de la Virgen de Urkupiña. Pero una complicación de salud que tuvo el hombre frustró sus planes y la familia terminó viviendo una verdadera pesadilla porque el Estado le negó la atención médica.

Su hija denunció que fue discriminado “por ser argentino” y que, tras ser rechazado en varios centros de salud por falta de camas, terminó internado en una clínica privada donde tuvo que pagar 180.000 pesos.

“No vamos a sacar a un compatriota nuestro de una cama para atender a un argentino”, fue la respuesta que recibió el hombre según lo que contó su hija al sitio Voces Críticas.

De acuerdo al relato de la mujer, su papá se desmayó antes de llegar a la procesión y cayó en medio de la calle”. Si bien inmediatamente llamaron a una ambulancia, al lugar arribó un camión de bomberos. “Pasaron por varios hospitales públicos y ninguno lo quería recibir”, se indignó la mujer.

Y a pesar de las buenas intenciones del conductor, que se bajó del vehículo para hablar con los médicos e intentar de que fuera recibido tras varios intentos frustrados, le respondieron que “no iban a sacar una persona de ellos para poner un argentino”.

Ante la negativa y debido que Orlando necesitaba atención inmediata, su familia optó por llevarlo a una clínica privada, donde finalmente fue recibido con algunas condiciones.

“Le hicieron firmar un pagaré diciendo que tenían que pagar la internación y que lo iban a tener 12 horas. A mi papá lo pusieron en la terapia y, en total, gastamos 180.000 pesos”, contó su hija, quienes en ese momento no contaban con el dinero para hacerle frente a esa deuda.

La situación se puso mucho peor cuando los profesionales determinaron que el paciente debía permanecer más tiempo de lo estipulado en la terapia intensiva por lo que su familia tuvo que vender el auto para afrontar los gastos médicos.

Una vez que Orlando fue estabilizado, su mujer logró hacer los trámites correspondientes para que pudiera volver a Salta en un avión sanitario. El hombre estuvo internado cerca de tres meses hasta que finalmente pudo recuperarse. 
No es la primera vez que pasa que a un argentino le niegan asistencia en Bolivia, a diferencia de la Argentina, que brinda atención gratuita a todos aquellos que lo necesiten.

La última controversia entre ambos países tuvo lugar en 2019 por el “trato desigual” que un ciudadano jujeño recibió en hospitales de Bolivia cuando fue víctima de un accidente y se le reclamó el pago de más de 120.000 pesos por la atención médica. “Hasta el papel higiénico nos cobraron”, se indignó el paciente.

A raíz del reclamo angustiante de su familia, el Gobierno de Jujuy decidió abonar los más de dos mil dólares correspondientes al último período de su internación y costear el traslado a esa provincia argentina para realizarle al joven una compleja cirugía en la columna vertebral.

Por ese hecho, además, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, le envió una carta a la titular de la cartera de Salud boliviana, Gabriela Montaño. “Si nosotros atendemos en forma gratuita en nuestro sistema de salud a los ciudadanos bolivianos, requerimos el mismo trato para con los ciudadanos argentinos”, dijo Morales quien pidió “por los principios de igualdad y de reciprocidad entre las partes”, el reintegro de $22.000 pesos bolivianos abonados en un hospital público de Oruro y poco más de USD 9 mil a una clínica de Cochabamba a Manuel Vilca, el jujeño accidentado.

Con respecto al caso, la ministra da Salud había asegurado que “no hubo ningún tipo de discriminación” y que Vilca accedió a “las mismas prestaciones médicas a las que tiene derecho cualquier boliviano y boliviana”.

Además, Morales pidió la implementación de un “seguro médico regional” que permita a ciudadanos argentinos atenderse de forma gratuita en centros de salud de países limítrofes. (Infobae)