Por segundo año consecutivo hubo grandes perdidas en las plantaciones de maní en el departamento de Anta. Uno de los principales problemas fue la falta la sequía que afectó a toda la producción local, esto es causa de la falta de precipitación en la zona y la falta de estructura para abastecer los cultivos.
Los productores toman la decisión de sembrar en el mes de noviembre ya que las fuertes lluvias de verano son perjudiciales y dañan toda la cosecha. De igual manera, la falta de lluvia terminó de arruinar nuevamente la producción.
Emilio Vaca, presidente del Consorcio de Agua del Rio Dorado, contó a Nuevo Diario que hay una perdida total ya que solo llovió 10 centímetros cúbicos a fines de noviembre, lo cual alcanzó solamente para sembrar:
"Los productores confiaron que iba a continuar el régimen de lluvia y se perdió ya un 80% de la siembra de este año”
También, Vaca comentó que desde el Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable hubo acercamientos pero no llegaron a nada concreto más allá que el diálogo.
Se estima que son 40 los productores con un promedio de 5 hectáreas cada uno. Y 100 familias de trabajadores que dependen exclusivamente de este cultivo.