Las explosiones nocturnas en un basural generan temor en Cafayate y otras localidades de los valles Calchaquíes

Desde hace un año y medio hay fuego en el enorme vertedero ubicado en pleno corazón de los Valles Calchaquíes salteños, gestionado por los municipios de Cafayate, Animaná y San Carlos. 

Las llamas, de acuerdo a un relevamiento, alcanzan a más de 3 hectáreas del Vertedero Valle Calchaquí 1 y llegan a los 3 metros de profundidad, generando gases y lixiviados que se acumulan bajo la superficie. 

El temor de que esto pueda generar explosiones fue advertido hace unos días y, al parecer, anoche se hizo realidad de acuerdo a las imágenes enviadas a esta redacción, donde se puede observar el fenómeno en medio de la oscuridad.

La situación no es menor y las autoridades están al tanto. En 2022, un grupo de especialistas realizó un relevamiento del lugar. En aquella oportunidad los profesionales señalaron que se produjeron numerosos incendios en el vertedero. 

Las causas son difíciles de determinar y argumentaron como algunos de los posibles motivos a la presencia de cenizas calientes, chispas, combustión espontánea, reacciones químicas e incluso que hayan sido provocados intencionalmente.

Las condiciones climáticas no ayudaron este año, muy por el contrario, "avivaron" el fuego dada las altas temperaturas, los bajos niveles de humedad y la sequía reinante.

Los efectos de la quema de residuos es a todas luces perjudicial en diferentes aspectos: problemas de visibilidad, emisión de gases, la presencia constante de partículas suspendidas y la sedimentación de cenizas. Pero ahora se suman las explosiones en el lugar donde trabajan personas.

El concejal cafayateño Mauricio Aguirre contó que los ediles de su municipio, los de San Carlos y de Animaná aprobaron la "Emergencia ambiental". "Hay una deuda millonaria con el consorcio. 

Cafayate adeuda $11.000.000, San Carlos $4.000.000 y Animaná $3.000.000. Todos dicen no tener plata para pagar. 

De acuerdo a lo que pudimos averiguar, controlar el incendio costaría unos $30.000.000, porque primero hay que tapar toda la trinchera con arcilla para taponarla, eso impediría el acceso de líquidos y sofocaría el fuego, pero hay otro problema. 

Antes había chimeneas para liberar los gases que se producen en las capas inferiores, pero una máquina que entró para apisonar las derribó. Tenemos miedo de que se esté formando como una garrafa abajo, que un día pueda estallar. Hay gente trabajando". /El Tribuno Salta