En medio de la ola de calor que afecta a Brasil, surge el interrogante: ¿Puede la Argentina enfrentar condiciones similares próximamente como en ese país? La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) elaboró un informe que arroja luz sobre este tema. Según la entidad, a diferencia de Brasil, el Atlántico en la Argentina se mantiene “muy frío”, lo que facilita el ingreso de aire fresco desde el sur, actuando como un moderador de las temperaturas. No obstante, se advierte que la circulación de este aire frío está perdiendo intensidad a medida que se acerca el verano, lo que aumenta la probabilidad de que el país experimente olas de calor.
“El (océano) Atlántico está con temperaturas muy calientes a la altura de Brasil. Esta condición está potenciando los efectos de “El Niño” en el sudeste brasileño. Pero al estar muy frío a la altura de la Argentina, contribuye a la circulación de aire más fresco desde el sur que morigera las temperaturas en el centro del país”, explicó el consultor Alfredo Elorriaga. Sin embargo, alerta: “La circulación de aire frío va perdiendo su intensidad a medida que nos acercamos al verano. Por eso, es muy probable que la Argentina también sufra más adelante olas de calor significativas”.
Además, aclaró que la influencia del Atlántico, al propiciar la entrada de aire fresco desde el sur y moderar las temperaturas en el centro del país, “es el motivo por el cual hasta el momento las máximas temperaturas diarias no se hayan ajustado a los valores típicos de noviembre. Por otro lado, las mínimas diarias están siendo incluso menores a las históricas para este momento del año”.
Según el reporte, durante los próximos tres meses la Argentina seguirá con un Niño de intensidad moderada. “Los modelos de pronóstico de escala planetaria siguen mostrando valores de calentamiento superficial en el Pacífico Ecuatorial Central. El último índice ONI publicado por la NOAA muestra una anomalía de 1,5ºC como promedio dinámico trimestral (ASO). Hubo un calentamiento respecto del mes pasado, coincidiendo con las últimas proyecciones publicadas a fines de octubre. Sin cambios, se está cumpliendo lo dicho: “Finalmente, el Niño no será fuerte sino moderado pero durará más que lo previsto”, expresó.
En ese sentido, aclaró que las condiciones son consistentes con la continuidad de un Niño moderado. “Es notorio el marcado calentamiento en las costas de Perú y Ecuador, dando lugar a lo que se denomina “Niño costero”. Esto para Brasil tiene influencias. Pero para Argentina, lo importante es lo que marcan los índice mensuales de anomalía, los cuáles no han sufrido cambios respecto a lo proyectado. Durante los próximos tres meses la Argentina seguirá con un Niño de intensidad moderada. Esto sigue siendo una excelente noticia para un país que está dejando atrás los efectos de la peor sequía de la agricultura moderna”, agregó.
“Las lluvias esperadas tendrían una cobertura geográfica notable y más homogénea, incluyendo a sectores del oeste por segunda semana consecutiva”, remarcó el informe.
La entidad destacó que “durante los últimos días de octubre y a lo largo de noviembre las lluvias han ganado en cobertura y frecuencia, especialmente en el sector este de la región pampeana”. Sin embargo, señaló que “el oeste seguía sufriendo condiciones secas”. Según el informe de GEA, “esto comenzaría a cambiar con la llegada de nuevas lluvias en la última semana de noviembre”.
También detalló que “el sudoeste y el nordeste bonaerense son algunas de las zonas que podrían beneficiarse con acumulados importantes”. Asimismo, indicó que “se pronostican lluvias para Córdoba que eventualmente podrían extenderse a San Luis”. En tanto, en Santa Fe se espera que las zonas del sur y el norte sean las más beneficiadas, mientras que Santiago del Estero “está en el camino del evento, aunque los volúmenes de lluvia que recibirá siguen siendo inciertos”.
“La cuarta semana de noviembre parece reafirmar un “Niño” que empieza a llegar a las zonas más postergadas por años de sequía con este nuevo pronóstico. El sudoeste bonaerense comenzaría a recibir lluvias, como así también la franja oeste de la provincia de Buenos Aires. De todas maneras, es el noreste bonaerense la zona señalada con mayores probabilidades de acumulados importantes”, indicó.
Con este panorama, la BCR señaló que se espera que las reservas de agua en los suelos de la región pampeana sigan mejorando. La entidad prevé una cosecha de 50 millones de toneladas de soja contra los 20 millones de toneladas del ciclo 2022/23. También aguarda 56 millones de toneladas de maíz, por encima de las 36 millones de toneladas de la campaña anterior, según publica La Nación.