El curioso destino de las monedas: los negocios las ignoran pero son son muy codiciadas en las subastas virtuales

Medios 02/03/2024
monedas

No fue hace tanto. Hubo una época en Argentina en la que esperábamos las monedas del vuelto. Nos enojaba que en el súper chino las compensaran con caramelos. Hoy preferimos el caramelo. Pero no va llegar, porque supera en valor a su antiguo oficio como sustituto.

En el auge de las billeteras virtuales -y con el presidente Javier Milei, que ratificó su idea de dolarizar la economía-, cargar “plata chica” se percibe como un peso muerto. La inflación hace que todo efectivo sea voluminosamente molesto. Pero es mucho peor si esa presencia pesa.

A las monedas no las quieren ni las máquinas de café, ni las de gaseosas, ni el laundry de los edificios, ni las maquinitas para sacar peluches. Todo ese rubro se pasó a las fichas o al pago con QR. Si aparece una en el piso, es más caro agacharse a levantarla.

¿Dónde están las monedas? Un ejercicio redondo comprueba su extinción: preguntarle a quien esté al lado ‘¿Tenés una moneda?’. No habrá sorpresa.

No están ni en los almacenes. Ni en las estaciones de servicio. Ni en los frascos de propina. Ni en las gorras de artistas callejeros.

Salvo las de $10, que puede que se avisten en los kioskos o en las cadenas de supermercados, sería exótico ver una de $1, de $2 o de $5 en un ya mítico monedero. Ni hablar de las de $0,25 y $0,50 centavos. Las de $0,05 y de $ 0,01 son fetiche de la numismática.
Pero en algún lado tienen que estar. Aunque hayan cambiado de forma. Es que fundidas y según su composición, por kilo valen hasta 30 veces más que su valor monetizado.

Según se pudo confirmar, en Casa de Moneda ya no se fabrican monedas. Sobrestockeados de estos metales, por lo menos desde marzo de 2021 que el Banco Central decidió no acuñar ni una sola más,

Ya habían frenado la producción de todo el resto y estaban enfocados en las "nuevas", de $10, que se lanzaron junto a las de $5 entre fines de 2017 y diciembre de 2018, con materiales más económicos.

La moneda de diez pesos es una aleación de alpaca plateada, 65% de cobre, 10% de níquel y 25% de zinc. Pesa 4,75 gramos.

Como una sola de esas no alcanza para comprar algún producto, se puso de relieve algo que pasaba desde hace tiempo y empeoró: hacerlas es mucho más caro que su valor facial (nominal): cuesta entre u$s0,03 y u$s0,05. Y que la gente sólo las quiere para venderlas por kilo a las metaleras. Aunque esté prohibido por la ley 11.179.

Hasta el Banco Central estuvo a punto de violar esa ley, en 2022, cuando puso en subasta casi una tonelada de monedas "para que sean inmediatamente destruidas", por una cifra inicial de US$ 3,5 millones ($522 millones al tipo de cambio oficial de ese momento). Pero se echó para atrás, sin dar explicaciones. El blooper quedó en anécdota.

Más allá de Mercado Libre, donde el "Compro por kilo" corre por parte de los dueños de depósitos de acopio y/o fundición de metales, los grupos de Facebook donde se ofrece venderlas se convirtieron en verdaderas subastas virtuales de monedas.

"Tengo 35 kilos de bicolor (las de $1 y $2 más antiguas) y 15 de bronce. ¿Cuánto pagan retirando del Mercado Central?". La publicación de Megan (de las de mayor volumen) arrancó en "te pago por kilo $ 4.700", subió a $170.000 ($ 4.857 el kilo) y llegó a "$ 200.000 y las paso a buscar" ($ 5.714 el kilo).

"Hasta el lunes no hay precios fijos...están en baja los metales", advirtió otro usuario en una publicación que ofrecía: "80 kilos de las de níquel y 90 de bronce".

Ivan -que comenta en todos los grupos- apostó a ganar con "$ 6.100 el kilo de crupo (cruponiquel: cobre y niquel) y $ 4.400 el bronce".

Leo aporta información para novatos vendedores: "Se compran las de $1 y $2 bicolor, las de 25 y 50 centavos doradas y plateadas. Y en general retiran a domicilio a partir de 400 monedas, no hace falta apilarlas y ponerles cinta scotch".

"Las de 25 y 50 centavos las compro a $ 11 cada una, la de $1 peso dorada y plateada, a $12, la de $ 2, a $13. Por la de $ 10 pago $16, y mínimo, compro 500 unidades. Si no, no", explica Brenda.

Estos grupos existen porque los depósitos y pequeñas metalúrgicas no acepan "un par de monedas", dice la compradora. Entonces, quienes pagan por monedas "buscan hacer cantidad y recién ahí llevarlas".

Diego, que tiene un depósito de chatarra en Palomar, es exigente: "Sólo compro monedas de $ 1 y $ 2 bicolor. Desde $ 5.100 el kilo, precio por mayor, a partir de 100 kilos. Y no retiro a domicilio".

De yapa, en estas comunidades se aprenden datos curiosos (que para los interesados son útiles): "A ver cómo es el tema...para los nuevos: en un kilo entran 158 monedas de $1, y entre 140 y 142 monedas de $2 pesos pesan un kilo".

"Nosotros acuñábamos todos los meses. Dependía de la demanda de los bancos. Hoy no ves monedas en la calle. No es una cuestión de clase. No alcanzan para nada. Te diría que en los bancos ya no se manejan monedas", cuenta a Clarín Augusto Ardiles, ex director de la Casa de la Moneda durante el gobierno de Mauricio Macri.

Fabricar las de $1, $2 y $5 o $10 y distribuirlas por el país, describe, "es sustancialmente más caro que el valor que representan”.

¿Cuánto saldría hacer cada moneda hoy? ¿Y qué es lo más caro de hacerlas? “El costo del material es a precio de dólar oficial. Pero lo que se calcula que sale hacer cada moneda sólo es el valor del cospel y de acuñarla (como se hace con las máquinas de Casa de Moneda, es en pesos y eso no las encarece). Después hay que sumar el valor de la logística, que es muy variable, según si las tenés que mandar a CABA y el GBA o si la tenés que enviar a Salta”, explica Ardiles.

Dentro de lo cara que es la logística, además del traslado, son necesarias las máquinas para subir y bajar los tambores de los camiones. Y su mantenimiento. El Banco Central también decidió dejar de devolver a circulación a las monedas de $1 de dos colores que llegan a sus manos.

“El Banco Central, que va a lanzar los billetes de $10 mil y de $20 mil, ya debería sacar una resolución de directorio para normalizar lo que pasa con las monedas. Decir a partir de tal fecha salen de circulación todas las monedas, y los billetes de $10 y de $20, que tampoco los quiere nadie”, marca el economista, que también es abogado.

Una vez fuera de circulación legal, explica, "a esas monedas el Banco Central sí puede venderlas por su valor de rezago, que es el valor del precio metálico".

En esta línea de normalizar el cono monetario, Ardiles sugiere "empezar a trabajar en el billete de 50.000 y 100.000 pesos, para que puedan estar en circulación a mediados o a fin de año, o a comienzos del año que viene”.

Propone algo más.

“Reemplazar los billetes de $50, de $100 y de $500 por monedas, que no necesariamente tienen que ser metálicas. Pueden ser electrodepositadas, para que sean más económicas y no tengan valor en su fundición. Tienen una durabilidad un poco menor, pero, 
lamentablemente, para los plazos de durabilidad que tenemos en la Argentina, más la inflación que vamos a tener todavía los próximos cuatro años, me parece la decisión más acorde”.

Según el último dato oficial de esa entidad, que dos veces al mes informa sobre la circulación de monedas y billetes en el público y en los bancos, se explicita un total de 9.738 millones de monedas.

Son 199,8 millones de $10, 401 millones de $5, 1.025 millones de $2, 1.964 millones de $1, 747,5 millones de $0,50, 1.008 de $0,25, 2.713 de $0,10, 1.272 de $ 0,05, y 406 de $0,01.

“Que esa circulación se mantenga casi inalterable (desde 2020) te indica que las monedas que el Banco Central tenía sobrestockeadas, las sigue teniendo”, cierra Ardiles. /Clarín

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