Pese al firme decisión de Vialidad de “poner los puntos sobre las íes” a las contratistas Ingeniero Medina y Moncho Construcciones por el retraso de más de dos meses en la repavimentación de la ruta provincial 28, entre la capital salteña y San Lorenzo, la obra sigue sumida en el caos y sin avances significativos, agotando así la paciencia de los vecinos.
Sucede que con el fin del receso invernal, el tráfico vehicular aumentó notablemente en la zona, exacerbando las demoras. “Es imposible, no se aguanta más”, dijo molesto uno de los más de 22 mil conductores que circulan a diario por el lugar.
Según los vecinos, pasan los días, pero no se advierten “avances” ni mejoras en el plan de trabajo. “Son muy pocos los obreros, así es muy difícil, van a demorar un siglo”, se quejaron.
En este contexto, exigen un aumento del personal y la extensión de las horas de trabajo, incluyendo turnos nocturnos para acelerar el ritmo de la repavimentación. “De noche es un desamparo, nadie trabaja ni controla. Que encuentren la forma de terminar”, expresaron.
Cabe destacar que este proyecto forma parte de una obra integral que incluyó los casi seis kilómetros de la Circunvalación Noroeste, la cual lleva pocos meses habilitada y ya presenta varios desperfectos.