Debido a la caída en el consumo de la carne, su precio también cayó un 16% en términos reales durante el primer semestre del año. De todas formas, se puso en duda que la baja sea sostenible y podría presionar a la inflación.
A partir del informe del Instituto de la Fundación Mediterránea se identifica que hay que tener en cuenta el repunte de la actividad económica y el cambio de patrón de consumo por otras carnes para ajustar el valor de la vacuna.
Por otra parte, la producción de carne cayó casi un 9% interanual durante el primer semestre del 2024 y la faena cerrará por debajo del año anterior.
En el informe se estimó que la carne vacuna, en su participación en la inflación, pasó de aportar 2,2 puntos porcentuales en diciembre del 2023 a tan solo 0,11 puntos porcentuales en julio de 2024.
Por último, hay que destacar que el consumo de carne vacuna cayó un 20% interanual durante los primeros seis meses del año y alcanzó niveles bajos históricos. Dicho producto fue reemplazado por la carne de pollo y de cerdo.