Un hombre de 76 años fue condenado a ocho años de prisión domiciliaria por abusar sexualmente de su nieta, según informó el Poder Judicial de Salta.
El imputado, abuelo paterno de la víctima, cometió los abusos en el domicilio que compartía con la menor de edad y sus padres, donde también funcionaba un taller de tapicería de su propiedad.
La víctima, que actualmente de 15 años, relató que los abusos comenzaron cuando tenía tan solo 8 años. Su abuelo la sometía a tocamientos en sus partes íntimas, tanto por encima como por debajo de la ropa, hasta que cumplió 13 años.
Uno de los episodios más graves ocurrió cuando la niña tenía 9 años. Al regresar del colegio, su abuelo la llevó al taller y, con la promesa de darle dinero, intentó “hacer algo más”. A pesar de la resistencia de la menor, el hombre la sujetó y la accedió carnalmente.
La víctima también contó que, cuando tenía 10 años, le confesó los abusos a una psicóloga de su barrio. Esta profesional informó al padre de la niña, quien confrontó al acusado. La situación generó una reacción negativa por parte de la abuela, quien trató a la menor de mentirosa y le dijo que no quería volver a verla. El abuelo, por su parte, fingió enojo y luego le pidió perdón a su nieta, pero continuó con los tocamientos.
La audiencia de debate se llevó a cabo en la Sala V del Tribunal de Juicio, presidida por la jueza Gabriela Romero Nayar. La magistrada impuso al acusado la pena de ocho años de prisión por ser autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la guarda y por el vínculo, y abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y el vínculo.
Debido a las diversas patologías que presenta el condenado, constatadas por profesionales médicos, la jueza Romero Nayar dispuso que cumpla la pena bajo la modalidad de arresto domiciliario. Además, ordenó que se le extraigan muestras genéticas para su inscripción en el banco de datos correspondiente.