El caso, ventilado en un reciente juicio, data del año 2014, cuando el acusado, un trabajador independiente que, en realidad vivía de prostituir a su pareja, a la que inicio en la adicción a las drogas, abusó de su hijo de 8 años, sometiéndolo a realizar prácticas sexuales con su pareja, un hecho abrumador y aberrante.
Entre otro aspecto del hecho, se destaca la declaración que la víctima, ahora de 18 años y con una grave afección psicológica, producto de los abusos sufridos y aún bajo tratamiento. En su relato, al que accedió InformateSalta, el joven no rehuyó abordar los episodios vividos, dio detalles del sometimiento sexual que padeció, pero, por sobretodo, reclamó saber por qué le hizo hacer “cosas sucias” con su madrastra y “cómo se siente después de haberle hecho eso”.
El hecho, en cuestión, se remite a una visita que la víctima y su hermanita realizó a la casa de su padre, un ex convicto que residía en Villa San Antonio, con una nueva pareja, pues la madre de los menores lo había dejado tras denunciarlo por reiterados hechos de violencia de género.
Al llegar a la casa, el padre mandó a su hija afuera a que fuera a sacar frutas de un árbol de la zona, mientras que a su hijo lo condujo hasta su habitación, donde ya se hallaba su nueva pareja, madrastra del menor. Allí, acusado obligó al niño a mantener relaciones sexuales con su mujer, quien también llego a juicio en calidad de acusada.
Tras este episodio, el menor reveló a su madre lo sucedido, lo que derivó en una nueva denuncia en contra de su ex pareja, quien siempre negó todo. No obstante, llego a juicio acusado del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia, en concurso ideal con el delito de corrupción de menores agravado por el vínculo. Todo ello en perjuicio de su hijo de ocho años de edad.
En el debate, el fiscal Rodrigo González Miralpeix, llevó adelante una contundente acusación, la que condujo al juez Pablo Farah, vocal de la Sala III del Tribunal de Juicio de Salta, a condenar al padre a 13 años de prisión, siendo inmediatamente alojado en la penitenciaria local.
En cuanto a su pareja, y también acusada, el magistrado resolvió absolverla por entender que la misma reunía las condiciones de estado de necesidad disculpante, pues también fue víctima de la violencia ejercida por el principal acusado.
“Cosas sucias”
A lo largo del debate, se abordaron muchos aspectos en torno al hecho y a la vida de los acusados, como así también de la víctima y su entorno familiar. En vista de ello, su madre fue una de las testigos principales, pues la mujer fue la que hizo la denuncia de los abusos y motivó el proceso penal en contra de su ex marido.
Pese a la gravedad de los vejámenes sexuales, la víctima, ahora de 18 años, tuvo una intervención de alto impacto, pues no evadió el compromiso de dar a conocer su versión de lo sucedido, instancias en la que quería “meter preso” a su padre, por lo que “me hizo hacer”.
Dijo que le costó abrirse y dar a conocer lo que vivió el día que fue con su hermana a visitar a su padre. Contó que su padre lo llevo a su pieza, donde su madrastra se hallaba recostada, momentos en que su papá lo obligó a que se baje los pantalones y que le diga a la mujer: “chupame el p...”, instancia en que la víctima rompió en llantos.
Sostuvo que después de eso, en relación a los abusos, todavía lo quería a su padre, pero que “ahora quiere que se haga justicia”. Al entrar en mayores detalles, dijo que todo sucedió cuando tenía 7 u 8 años de edad, época en que su madre ya estaba separada del acusado y él junto a su hermana iban a la casa del condenado cada fin de semana.
Al retomar el relato del momento en que fue obligado a bajarse el pantalón, su padre tuvo relaciones con ella y luego le metió la mano en la vagina a ella e hizo que el declarante le chupe la mano. Aclaró que, en ese momento, no sabía nada de las relaciones sexuales, que su padre le iba diciendo qué hacer.
Recordó que estaba acostado en la cama y su padre hizo que ella se suba encima suyo y que le haga sexo oral, pero que al principio se negaba, aunque después aceptó y lo hacía normal, como que sí quisiera. Luego, su padre tuvo relaciones sexuales con ella delante de él.
Sobre cómo lo afectó lo sucedido, afirmó que lo afectó en muchos sentidos, en las relaciones íntimas. A preguntas de si puede relacionarse bien con amigos, amigas, respondió solo con amigos y agregó que tuvo una novia, pero cuando ella quería tener relaciones sexuales el declarante no sabía cómo actuar.
Reconoció que, desde el abuso hasta que le contó a su mamá, pasaron un año y cinco meses más o menos. A preguntas de si alguna vez vio a su papá drogarse, respondió que a la noche nomás y que si vio que su padre le pegara a su madre. Es más, reveló que el día del abuso, su padre le pegó a su nueva pareja.
Indicó que la mujer no quería hacer nada primero y que su padre la habló al oído, pero que ella al principio no quería. Que después del hecho lo vio a su padre sin la chica, que le dijo que era mejor olvidarlo y él le dijo que bueno.