


Revuelo en la policía por quejas contra un jefe que obligaría a vender rifas bajo amenazas
Policiales09/12/2025
InformateSalta
Los reclamos provienen de la División de Seguridad Urbana, un área estratégica en materia de seguridad. Acusan a dos comisarios por irregularidades y abuso de autoridad. También aseguran que habría connivencia de “más arriba”.
Aunque todavía no hay confirmación de una denuncia radicada en la justicia, durante el fin de semana, las filas policiales usaron las redes sociales para darle crédito, en su mayoría, a las acusaciones que se echaron a correr contra dos jefes de la División de Seguridad Urbana de la Policía de Salta (DSU).
Se señala a dos comisarios que habría incurrido en irregularidades internas en el área denominada Centro de Coordinación Operativa. Tildan la gestión de los jefes policiales de inmersa en una situación de constante tensión por hechos de abuso de autoridad, amenazas, traslados arbitrarios y un manejo desigual evidente.
En concreto, aseguran que uno de los jefes “obliga a vender rifas para hacer baños”, siendo que se proveen fondos para ese tipo de edificaciones, lo que despertó cuestionamientos respecto al destino del dinero correspondiente.
Indicaron que los jefes saben que el personal, por el tipo de tareas, no tiene tiempo de vender rifas, por lo que pudo saber Informatesalta, todo termina saliendo del bolsillo del agente, cuya situación económica no es de la mejor, dada la crisis que se atraviesa y el sueldo de los policías respecto a la carga horaria que cumplen.
Además, es notoria la presión de los jefes para que el personal participe de cursos, muchos de los cuales solo sirven para engrosar el historial de otros jefes que están más interesados en ascender, o bien, mostrarse proactivos con los de “más arriba”.
Dada la dificultad horaria para asistir, muchos suboficiales manifestaron la imposibilidad de asistir. La respuesta “son amenazas de traslados”, situación que, según aseguran, ya habría sucedido con más de 30 policías que expresaron cuestionamientos a los cursos.
Explicaron que las capacitaciones no diagraman de acuerdo a la situación de los asistentes, sino por capricho o necesidad de los disertantes. Por lo general, se los programa al término de la jornada laboral de 8 horas, a la que se agregan, entre 4 o 5 más, por varios días de la semana, con el agravante de que los instructores no estarían certificados.
Connivencia
Entre otros hechos, apuntaron contra uno de los jefes por la relación que le cabría en la muerte de Maximiliano Ruiz, el joven que fue atropellado por un patrullero el 22 de abril pasado tras varios días de agonía. La responsabilidad “fue tapada por la superioridad”.
También se mencionaron casos de “favoritismo”, siendo sindicada una suboficial, lo que se evidencia por recibir horario privilegiados y quedar exenta de hacer los cursos.
En la volteada, cayó una agente, a la que describen como una policía que perdió el arma y “no fue sancionada” por su supuesto vínculo con otro de los jefes.
Los policías cuestionaron el manejo del dinero que se recauda del buffet, el gimnasio, lavadero, peluquería y rifas: “¿Qué se hace con toda la plata? Parece que no alcanza y quiere más". En definitiva, piden la intervención de los jefes de la plana mayor y al jefe de Policía le solicitan que “escuche a la gente antigua”, ya que en el DSU se vive “con miedo por las amenazas de arrestos y traslados”.






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