Benito Fernández elogiaba el "pequeño zoo" que tenía con Miguel Rulh
En una entrevista que dio a un medio nacional en el 2011, cuando aún eran pareja, el reconocido modisto había dicho: "¡Me encantan los animales! Pero tengo que confesar que Miguel es el bichero".
Policiales08/06/2015La detención del peluquero salteño sorprendió a más de uno. Y el allanamiento en Campo Quijano, donde además de animales silvestres se secuestró un kilo de marihuana y otras drogas, trajo a la memoria que ese lugar es el mismo del cual el modisto Benito Fernández se enorullecía.
"Salta es el lugar del mundo en el que me siento protegido'', decía a Revista Hola Benito Fernández mientras recorría a caballo por "El Secreto de la Violeta", la finca que compró en Campo Quijano, a 40 kilómetros de la ciudad de Salta. Allí el diseñador edificó una cabaña de madera y piedra, materiales nobles y típicos del paisaje local.
Muy cerca de donde se filmó La ciénaga, la película argentina dirigida por Lucrecia Martel, Benito Fernández mostraba su refugio privado, decorado por él con muebles en colores chillantes y objetos traídos de todo el mundo. El hombre que festejaba veinticinco años en la moda, invitaba a ¡Hola! a su paraíso mágico, hoy blanco de operativos contra las drogas y rescate de animales de especies protegidas.
En el 2011, en pleno noviazgo con el estilista salteño, Benito Fernández dijo que descubrió Campo Quijano justamente por su pareja. Contaba que "el lugar de la cabaña lo vio Miguel, mi gran compañero de vida, desde el cielo (porque vuela en parapente). Compró el terreno y me convenció para que hiciéramos una casa juntos. El proyecto fue fluyendo y las cosas se dieron muy fácilmente. Los dos nos entusiasmamos y con el tiempo fuimos definiendo los espacios. Logramos una casa súper acogedora, un lugar en el que me siento muy protegido. Este año cumplo veinticinco años trabajando en la moda y creo que en Salta pude encontrar un lugar donde desconectarme, no estar enchufado con Twitter ni con Facebook. Aquí no te queda otra porque no hay señal y eso me encanta.
Agregaba que la idea principal de esa casa fue preservar el entorno. "Entre Miguel y yo la diseñamos teniendo en mente el respeto por la naturaleza. Aunque es muy colorida y moderna, tratamos de utilizar sólo materiales de la zona. Por eso, una mitad es de piedra y la otra, de madera. Si no tuviera la puerta violeta, se perdería en el paisaje...".
En la misma nota, el periodista que visitaba el lugar ya advertía sobre una suerte de pequeño zoológico privado. Fernández orgulloso reconocía que "¡Me encantan los animales! Pero tengo que confesar que Miguel es el bichero. Nos gusta adoptar animales, somos como una gran veterinaria. Tenemos ya nueve perros y disfrutamos cuidándolos y dándoles de comer. Hay además abejas, ovejas, cabras, caballos, gatos, flamencos, gansos… Miguel [Ruhl es su apellido] nació en Crespo, una colonia de alemanes en Entre Ríos, y está muy familiarizado con la vida de campo. Creció en una comunidad campestre y a los 18 se fue a vivir a Salta.
Esa cabaña, decorada con objetos de todas partes del mundo, enclavada entre cerros y el río, definida como "una casa mágica, acogedora y con una energía única", se convirtió en una pesadilla para Miguel Rulh, producto de la ilegalidad de albergar a esos animales y la droga que escondía.
Fuente: Portal de Internet