Exclusivo: Las fotos de Torrico con uniformes de guardiacárceles en su celular

Marcelo Alejandro Torrico, uno de los asesinos más peligrosos que alberga el penal de Villas Las Rosas, aparece en dos fotografías vestido con el uniforme de los guardias que lo vigilaban, incluso en una de las fotos posa haciendo la “V” de victoria.

Policiales15/12/2015

Por segunda vez, en sus 17 años como presidiario, Torrico vuelve a poner de rodillas el sistema carcelario de la provincia, a cargo del Titular del Servicio Penitenciario Provincial, César Rodríguez, quien el viernes pasado se presentó finalmente en la ciudad judicial para tratar de explicar las falencias de control en el penal de Villas Las Rosas.

Tal como lo hizo el 1 de enero de 2006 cuando se fugó del pabellón de máxima seguridad, Torrico, condenado a prisión perpetua junto a Daniel Brandan, por el asesinato de los hermanitos, Melanie y Octavio Leguina, puso en juego la estabilidad de los funcionarios del servicio penitenciario.
Esta vez no fue por una fuga, aunque ello no se descarta pues podría haber sido ese el objetivo final. Torrico, para la justicia, quedó en evidencia tras el secuestro de un celular en su celda, aunque eso todavía está por verse, pues, se sospecha que las autoridades del penal conocían las andanzas de este reo desde hace tiempo e incluso podrían ser cómplices de un jugoso negocio entre rejas.

Esta trama, según lo averiguado por Informatesalta, tiene varias aristas. Una de ellas, tiene que ver específicamente con la relación que Torrico mantenía con dos celadores del servicio penitenciario, un cabo primero y un agente, quienes ya están identificados.

Como lo hizo previo a fugarse en 2006, durante las fiestas de fin de año, Torrico logró ganarse la confianza de sus cuidadores a partir de una gran capacidad de convencimiento, tal vez su mayor habilidad para obtener beneficios y privilegios dentro del penal, lo cual se completa con algo de dinero, claro está.

Así las cosas, ya sea como promotor o partícipe de una mafia carcelaria ya instalada en el penal, Torrico logró cierto privilegios, entre ellos la permanencia en una celda que tiene dos habitáculos y una especie de cocina y un televisor, el resto de los presos dicen que es un “loft”.
Estas comodidades fueron obtenidas en el pabellón “R”, en donde también Torrico encontró un compañero ideal: Gustavo Lasi, quien no tardó demasiado en sumarse a la vida de lujos que, poco a poco, fue logrando este doble homicida.

Con sus extensas y elocuentes charlas, Torrico, sumó a sus privilegios, un celular de alta tecnología, un Samsung Galaxy, el cual está valuado en alrededor de diez mil pesos, el cual no llegó a sus manos por la astucia de sus familiares, sino gracias al servicio penitenciario provincial.

Con este aparato, Torrico comenzó a gozar de otros beneficios, los cuales no sólo se reducían a poder tener contacto con familiares, sino también al alquiler del aparato dentro del mismo penal, un negocio, del cual aún hay mucho por contar.

Claro que para asegurarse la sociedad de los guardias, Torrico se encargó de comprometerlos hasta el tuétano, y para ello promovió largos ratos de esparcimiento dentro de su territorio, en los cuales no faltó la buena comida y algo de beber.

Bajo ese ambiente, de distensión absoluta, pero imperdonable para los representantes del servicio penitenciario, Torrico y Lasi aprovecharon para tomarse algunos atrevimientos, como el pedirles a sus celadores sus uniformes, vestirlos y sacarse fotos con los mismos.

No se descarta que en realidad, Torrico y Lasi, estaban probándoselos para ver si eran de sus tallas, y así descartar un paso más en una posible fuga que estaban planeada para las fiestas de fin de año, tal como sucedió en el año 2006.

En una de las fotos, las que este medio obtuvo, se puede ver a Torrico posando con todo el uniforme, incluso el casquete, como si se tratara de una foto tomada para una credencial, mientras que en otra se lo nota más distendido e incluso alza su mano derecha y con los dedos hace la “V” de “Victoria”, y vaya que lo fue, al menos, hasta ese momento.

En el celular, secuestrado por los guardias a raíz de una interna que tendría que ver más con la repartija del dinero que se recauda dentro del penal por el alquiler de los celulares a los presos, se pueden ver otras fotos, en la que Torrico y Lasi aparecen con el torso desnudo y varios kilos de más. También existen fotos de Lasi con el uniforme de los carceleros y otras “selfies”, en la que aparecen, los celadores implicados.

Sin dudas, las fotos hablan por sí solas, y no hacen más que dejar en evidencia la falta de control dentro del penal, todo gracias a Torrico.

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