Rudy, el “señor de los lápices mágicos”

Es uno de los personajes que se pueden ver deambular por Talapampa, una pequeña localidad que se encuentra a mitad de camino entre Salta y Cafayate. Conocé su particular historia.

Sociedad25/02/2015

Rodolfo Oberleitner, más conocido como “Rudy” es un personaje que vive hace más de 30 años en Talapampa. Por su pinta podría haber sido actor de cine, y dice que en su juventud la “facha” le permitió tener mucho "levante" con las mujeres.

Rudy nació el 24 de setiembre de 1956 en Buenos Aires. Hijo de Kurt y Eva, dos austríacos que emigraron a la Argentina en busca de nuevos destinos, huyendo de una Europa en guerra a mitad del siglo pasado.

Hoy es un artesano que trabaja con madera, hueso y asta, y sus creaciones se pueden adquirir en un puesto en la explanada de la Hostería Talapampa, un parador donde turistas y salteños se detienen antes de ingresar a la Quebrada de las Conchas, ese encantador recorrido de la ruta 68 que desemboca en Cafayate.

Los más solicitados en estas épocas son sus “lápices mágicos”, obra de su creatividad y un manejo exquisito del torno de banca, que permiten que una rama seca tome vida y color, algo que encanta a los más chicos.

Su historia
Según cuenta Rudy, en su casa se hablaba únicamente alemán hasta que tuvo 6 años y entró a la escuela primaria, donde aprendió el castellano. Eso le permitió trabajar más adelante como guía y traductor, aunque su educación en la escuela secundaria técnica le daría el título de “Técnico en servo-mecánica”.

Es por ello que en su juventud arreglaba ascensores y hacía trabajos de electricidad. Pero un día “hizo un click”. “Me dije, no quiero más jefes, que me reclamen por llegar 5 minutos tarde sin tener en cuenta que el día anterior me quedé laburando hasta la madrugada para poder terminar algún trabajo”. Esa misma filosofía le inculcó a sus hijos. "Trabajar de lo que te gusta, sin que nadie te diga qué hacer, a qué hora ni dónde".

Así fue que tomó sus cosas, alquiló una Rastrojera y junto a su familia se mudó de Villa Gesell, donde vivía, a El Mollar, en Tucumán, donde de a poco se metió en el mundo de las creaciones artesanales.

Su presente
Hoy en día, Rudy tiene su casa en lo que fuera la estación del FFCC de Talapampa, un lugar donde se instalaron muchas familias, algunas llegadas de afuera. Esa estación, que en alguna época permitía conectar Salta con Alemania, dio vida a esta pequeña localidad quedada en el olvido con la desaparición del ramal.

Tuvo 5 hijos con su mujer, de quien se encuentra separado. Uno de ellos se encuentra viviendo en Hamburgo, Alemania, donde vende algunas de las artesanías talapampeñas, pero además posee una bicicletería. Otros 2 viven también en Talapampa y heredaron la profesión de su papá.

Rudy recuerda que fue uno de los precursores de la venta de artesanías en la zona de la Quebrada, más precisamente en la Garganta del diablo o el Anfiteatro, hoy centro de atención de muchos. “Se vende bien en esos lugares, la gente para, pero ahora algunos que se creen caciques y fijan reglas y toman decisiones que el que quiera vender debe acatar como por ejemplo ceder ciertos permisos en cuanto a los lugares o días en que se pueden instalar”, cuestionó.

Finalmente, el creador de los “lápices mágicos” de tronco y crayones, pero además de hermosos llaveros, botones, cajitas con madera de cardón, y otras bellezas en hueso o asta, consideró que “con esto no te vas a hacer millonario, pero me permitió a mí criar a mis 5 hijos, con tan solo un puesto de ventas debajo de un árbol, así que no me puedo quejar”.

Por: Federico Storniolo

Fuente: www.informatesalta.com.ar

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