Alessandro de Rossi, el primer cura denunciado por abuso sexual en Salta

En la Vicaría María Medianera de Todas las Gracias, era considerado “el cura villero”. Al ser descubierto huyó a Italia, donde permanece amparado por las leyes de ese país, quienes negaron su extradición.

Justicia 05/11/2018
Alessandro de Rossi
Alessandro de Rossi

Curas abusadores. Los salteños no salen de su asombro, una de las provincias más arraigadas a la fe, es noticia por denuncias en contra de sacerdotes acusados de abuso sexual. Actualmente son cuatro las personas investigadas, una de ellas es Alessandro de Rossi, más conocido como el “cura villero”.

Fue el primero en ser acusado el 28 de diciembre de 2013, cuando un joven de 19 se presentó en las oficinas del Poder Judicial para radicar la denuncia en su contra. En ese momento estaba a cargo de la Vicaría María Medianera de Todas las Gracias, ubicada en el barrio Islas Malvinas.

El relato de la víctima es desgarrador y tras hacerse público, De Rossi huyó a Italia, donde permanece luego de que ese país niegue un pedido de extradición presentado por la justicia salteña.

vicaría
Vicaría María Medianera de Todas las Gracias


En la denuncia el joven contó que desde los 9 años asistía a la iglesia liderada por De Rossi, aunque recién lo conoció cuando cumplió 14. Sostuvo que el cura organizaba fiestas, en las cuales sólo concurrían menores de los barrios pobres aledaños a la Vicaría. En esos encuentros, que tenía como escenario el cuarto del párroco en la planta alta de la iglesia, siempre había bebidas alcohólicas.

Contó  que en una ocasión, cuando ya tenía 15 años, el cura lo llamó, le regalo un perfume y luego lo invitó a recorrer una obra en construcción que se llevaba adelante. Era un comedor que se estaba edificando. En esa caminata, De Rossi lo besó en la boca, él se molestó y al ver la situación el cura le pidió perdón y  siguieron de amigos.

Con el tiempo, el cura continuó con su conquista haciéndole regalos costosos a cambio de besos en la boca. En 2010, cuando De Rossi regresó de un viaje a Italia, le hizo más regalos e incluso, en una ocasión, le dio mil pesos  y  se los gastó. Así, el cura le dio más dinero, aunque a cambio comenzó a exigirle besos, manoseos en su pene y otros abusos sexuales.

cura violeador

Orgías sexuales

El joven, según denunció, supo más tarde que otros chicos atravesaban lo mismo, pues andaban con zapatillas nuevas. Adujo que algunos de los menores se habían acostado con el párroco. Posteriormente, De Rossi le practicó sexo oral y hubo hasta orgías con otros menores.

La estrategia de darles regalos y dinero develó las bajezas de su accionar, teniendo en cuenta que las víctimas fueron niños de muy bajos recursos y con grande carencias familiares.

Fotos de estas fiestas sexuales, según reveló el joven, eran guardadas por el cura en su computadora personal, pero las mismas no llegaron a manos de la justicia, pues De Rossi, cuando se radicó la denuncia, ya se había marchado a Italia y se llevó sus objetos personales.

Pablo Paz
Pablo Paz, el fiscal que investigó la denuncia.



No obstante,  el fiscal penal, Pablo Paz, de la Unidad de Grave Atentados contra las Personas (GAP), cuando dicha fiscalía tenía competencia en los delitos sexuales, llevó adelante una investigación en la que se logró reunir los mail entre el acusado y el denunciante, constancia de los envíos de dinero del imputado a la víctima, informe psicológico de la víctima y reporte policial de las pesquisas realizadas en el barrio Islas Malvinas.

El 9 de diciembre de 2014, Paz, con todos estos elementos, imputó al cura el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, tanto en perjuicio del joven que radicó la denuncia como por otro adolescente. El fiscal solicitó al juez de garantías 4, Diego Rodríguez Pipino, la captura internacional del cura, quien se estableció en una localidad de la capital de Roma, Italia.

El proceso penal en contra de De Rossi, sin embargo, no pudo avanzar pues si bien, se logró la detención del mismo en Italia, la justicia de ese país resolvió rechazar el pedido de extradición, con lo cual la causa penal quedó trunca. El cura recuperó su libertad y reside en Italia, sin que tampoco la justicia clerical haya llegado a juzgarlo.

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