Dato mata relato. Una verdad política incontrastable. Javier Milei decidió por decreto aumentarse el sueldo un 12 por ciento, medida que beneficia también a sus funcionarios. Fue a través del decreto 206/24, del pasado 28 de febrero que firmó junto al jefe de Gabinete Nicolás Posse y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
El artículo cuarto de la norma establece que el incremento pactado en la paritaria estatal “se extenderá a las retribuciones de las Autoridades Superiores de las Jurisdicciones, Entidades y Organismos del Poder Ejecutivo Nacional”, lo contrario a lo que disponía el mismo artículo del decreto 90/24, rubricado el 26 de enero por los mismos funcionarios y anunciado a los cuatro vientos como parte de la “motosierra contra la casta”.
En un acto de hipocresía intolerable en el contexto de esta argentina en crisis por la remanida frase “no hay plata”, con provincias castigadas al borde de la inopia y la desesperación frente a la ruptura de facto del federalismo en aras de la libertad, el presidente de la Nación se aumenta el sueldo y premia con el mismo beneficio a los suyos, quienes lo acompañan en la gestión.
Evidentemente, para la casta sí hay plata. La que se le niega a las provincias, la que se le veda a los enfermos crónicos que necesitan un medicamento; la que se recortó en vacunas contra el dengue mientras se triplicaron los casos y la bestialidad de la virulencia de la enfermedad va dejando muertos en toda nuestra geografía.
Dato mata relato. Lo cierto es que al igual que las dietas legislativas, los sueldos de la planta política del Ejecutivo pueden seguir o no la evolución de la paritaria de los estatales que negocia UPCN. En el caso del Congreso, la tradición que decidieron seguir Menem y Villarruel fue la que dispusieron sendas resoluciones de los titulares de ambas cámaras en 2011 y se mantuvo desde entonces bajo distintos signos políticos, pero que depende de la voluntad de los jefes del Senado y de Diputados.
Para los funcionarios del Ejecutivo con cargo de subsecretario para arriba, el decreto 90/24 estableció que el 16% de enero no se traslade a las remuneraciones. Pero Milei decidió que el 12% de febrero sí. Si se aplica a su propio salario bruto de diciembre ($4.066.018 divididos en un básico de $1.807.295 y un “complemento por responsabilidad del cargo” de $2.258.722), son $487.922 más. Una suba equivalente a casi tres salarios mínimos.
La casta a flor de piel en la epidermis arrasada de esta tierra en la que millones de argentinos sufren los recortes, los impuestazos y la liberación especulativa de los mercados que siempre beneficia a pocos en detrimento de muchos.
Los beneficiados, los “suyos” que aunque niegue tienen el prontuario político de haber participado de gobiernos que hundieron al país en la miseria. Sí, hablamos de Caputo, de Macri, de Sturzenegger, de Patricia Bullrich. De todos los cómplices del fracaso de una gran Nación como la Argentina.
Pacto de Mayo. Bombas de estruendo en la opinión pública para tapar la realidad que acucia y que indigna por exasperante. Por la puesta en escena de quienes dicen que quieren hacer Patria mientras hambrean al pueblo y liquidan los recursos del Estado. De los que se ríen en redes sociales sin importarles las consecuencias.
El presidente de la Nación se aumentó el sueldo. Conocida la noticia reforzarán en el relato como quien ve cómo descubrieron la basura debajo de la alfombra. Pero será solo eso. Una mentira más. Una cachetada más al pueblo argentino que sufre las consecuencias de medidas tomadas en aras del bien común desde el puño de la hipocresía que beneficia a unos pocos.
Bienvenidos a la patria libertaria. Al anarco capitalismo. A los errores que no debemos cometer más.
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