Cuando sea grande… quiero ser un niño
A todos a veces nos gustaría volver a ser niños, sí es que alguna vez, en lo más profundo, hemos dejado de serlo. Travesuras, inocencia, felicidad plena. Un consejo: nunca se olviden de soñar.
Todos hemos soñado alguna vez con volver a ser niños para ver el mundo con los ojos de entonces, sin barreras, ni límites. Para abrir todas las puertas sin llamar, sin miedo a lo que está al otro lado, para hacer de la equivocación, un juego.
Pero… ¿qué significa ser niño? Inocencia, alegría, travesuras, diversión, y sobre todas las cosas: felicidad plena, describieron con cierta nostalgia los entrevistados para esta nota. “Es lo más lindo de la vida”, agregaron.
Con un poco más de dureza, y quizás una cuota de realidad, otros prefirieron describirlos como eternos disconformistas. “Cada vez están más exigentes, si no les gusta el regalo te ponen mala cara y te lo dicen de frente”, expresó Seba.
“Están más pendientes de lo que van a recibir que del festejo en sí mismo”, añadió María, quien esperaba con ansías aquel divino día que alguien por alguna razón inventó para que ella pudiera reunirse con sus primos.
Algunos, fueron más allá, y se animaron a imaginar un encuentro con aquel niño que fueron, para hablarles, aconsejarlos y contarles un poco de la vida: “No se olviden nunca de soñar, no lo pierdan jamás”, suplicaron.
¿Recuerdos? Un montón, pero todos reconocieron que los más lindos fueron aquellos que se compartían con la familia, los amigos, los vecinitos, que siempre estaban dispuestos a escaparse durante la siesta para hacer una que otra travesura, o simplemente jugar al fútbol o una carrera de autos al frente de casa.
Muchos recordaron el sacrificio de mamá, otros los pequeños disgustos, que con total inocencia, generaban en casa. Hasta era divertido. “Íbamos a todos los festivales donde nos podíamos colar”, reconoció Natalia.
Pero no somos tan diferentes. Hoy, muchos reconocieron, que si fueran niños pedirían un celular o una tablet, elementos que otros describen como los males modernos. “Ya no juegan con juguetes didácticos, viven enchufados con el celular y la tablet”, explicó Leo.
Otros, en tanto, anhelan los juguetes que con mucho esfuerzo y sacrificio, hoy disfrutan sus hijos. “Juego más yo que mi hija con algunas cosas, que me moría por tener de chica”, confesó Natalia, quiena agregó que los chicos ya no se sorprenden con nada.
Para el cierre, otro consejo: “Traten de vivir el momento, no adelanten los tiempos”, recomendó Gloria, con años de experiencia que la avalan, mientras recordaba aquellos tiempos con su muñeca Marilu. “Ser niño es el tiempo más maravilloso que tiene el ser humano”, agregó.
Sin dudas, todos soñamos con ser niños para volver a sentir que todo es posible por el mero hecho de pensarlo, de esperarlo, de compartirlo. Para recordar que hay algo maravilloso dentro de cada uno, que hemos olvidado. Que a veces olvidamos. Para sentir que la vida es un regalo, cada día. Como cuando tú y yo… éramos niños.