Gaspar Cinco evidencia rasgos de un psicópata
Su silencio lo acompaña y es su único confesor por el momento y, aunque su defensa improvisa una estrategia mediática, su situación frente al doble homicidio de Alejandra Párraga y su hijo, Amir, de 2 años, sería irreversible.
Los hechos serían irrefutables para Gaspar Cinco, no sólo por la crueldad manifiesta en el resultado y modalidad criminal, sino por las pruebas reunidas en su contra, entre ellas valiosos testimonios de personas allegadas que no dudaron en develar situaciones aún más horrorosas del supuesto asesino.
Uno de esos testimonios fue conocido primero en InformateSalta al difundir la revelación hecha por un amigo casual de Gaspar Cinco, quien reveló que el supuesto doble homicida le había ofrecido 10 mil dólares a cambio de matar al pequeño Amir, a quien según los testigos de la causa veía como una molestia en la relación amorosa que intentaba mantener con su madre, Alejandra Párraga.
Este testimonio se suma a otros más que la Unidad de Grave Atentados contra las Personas posee en contra de Gaspar Cinco, quien según la fiscalía evidencia los rasgos típicos del psicópata que tiene total desprecio por la vida de su víctima, sin importar cuán cercana sea y qué riesgo signifique para él.
En este caso, el contexto de este doble crimen obliga a preguntarse ¿qué peligro podría haber representado para este periodista de 27 años, o sea 25 más que su víctima, de apenas 2 y sin poder desarrollar aún todas sus funciones físicas por sí mismo?
Obviamente el pequeño Amir no significaba ningún riesgo en la relación, sólo había que amarlo. Esto, sin embargo, habría sido imposible para este joven que con la acción asesina que supuestamente planeó y llevó adelante habría demostrado la ausencia de ese noble sentimiento hacia el otro: el amor, aún por una indefensa criatura.
Rasgos de un psicópata
Cesare Lombroso (1835-1909), otro prestigioso antropólogo y psiquiatra italiano, desarrolló a lo largo de su vida diversas investigaciones en torno a la criminología, entre ellas se animó a esbozar ciertas características entre los psicópatas.
“Estableció que los psicópatas poseen características corporales especiales: mandíbula ancha y prominente, orejas alargadas, frente amplia, complexión fuerte y robusta, agilidad física muy acusada, desarrollo sexual temprano e intenso, y escasa sensibilidad a los estímulos táctiles”, sostuvo en su hipótesis.
Por su parte, Rogelio Apiquian Guitart, especialista en psiquiatría en la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Mexicano de Psiquiatría, considera que el psicópata sufre “trastorno antisocial de la personalidad”, lo cual le impide “adaptarse al medio en que vive y relacionarse consigo mismo y con los demás”.
“Se trata de alguien que viola todas las reglas, que tiene sus propios principios y una particular forma de ver las cosas; entonces, tiende a ser manipulador, mentiroso, y abusa de los demás; es común que sea muy irritable, explosivo y violento, además de que le gusta ver el sufrimiento de la gente y no siente culpa por lo que hace. Tales características son clásicas del perfil de un delincuente”, sostuvo.
Gaspar Cinco encajaría casi a la perfección en varios extractos de esta definición, pues no sólo violó las reglas básicas de la convivencia en sociedad al matar con cianuro a Alejandra y Amir, sino también se advierte en él cierta manipulación, como la que ha comenzado a ejercer y es exteriorizada por su defensor legal, quien busca a través de los medios ensaya alguna estrategia defensiva.
Llama la atención la actitud del abogado defensor, un ex juez de Instrucción, destituido por mal desempeño, quien el día en que Gaspar Cinco iba a ser imputado se presentó a los gritos en los pasillos de la fiscalía y denunció que todo era un circo de los medios, sin embargo, ahora aparece citado como el “tribuno” que intentará explicar que su cliente es una pobre víctima.
Sin otra valoración al respecto, cabe mencionar que Gaspar Cinco enfrenta ahora una difícil situación, no tanto por una pronta elevación a juicio y una posible condena de prisión perpetua.