Justicia22/08/2017

Santiago Zambrani, perfil de un asesino despiadado

Más allá de matar y deshacerse del cuerpo, a quien sería el asesino de Paola Alvarez no le importó la agonía de los familiares de la víctima, como así tampoco tener a su madre encarcelada en busca de impunidad. Ahora, el cuerpo de Paola se apresta a “hablar” a través de los estudios forenses y así terminar de develar el rostro del homicida.

A la conmoción que se vivió el jueves con el hallazgo del cadáver de Paola Alvarez, aún a la espera de la confirmación forense, el viernes siguió una escena que prácticamente fue una “confesión de partes”: Guillermo Zambrani, el hermano que se erigió como vocero de los acusados recorrió cabizbajo los pasillos de la ciudad judicial, sin aún poder creer lo que había sucedió ayer, cuando en la Cornisa fue hallado el cuerpo.

Su derrotero, el mismo que por semanas siguió, a veces por convencimiento propio y otras por orden de los abogados defensores, se volvió a repetir, aunque esta vez no fue para exigir ni tratar de entorpecer la investigación, sino para pedir perdón.

Visiblemente demacrado, como si el mundo se le hubiese venido encima, el joven se acercó a pedir disculpas por todo lo que había dicho y hecho sin salir todavía de su asombro por los 104 días que su hermano, Santiago, había confinado a su propia madre a la cárcel en busca de asegurarse impunidad.

“Creí ciegamente en mi hermano, nunca se me pasó por la cabeza que era capaz de dejar que mi madre estuviera presa todo este tiempo”, balbuceó. Verdad o mentira, lo cierto es que el hallazgo del cuerpo fue un revés que no esperaban, y en el cual se apoyaba toda la estrategia de impunidad.



Otro abogado, cercano al entorno de los Zambrani, dejó en claro que esa estrategia, la de dilatar y entorpecer, no fue la acertada. “Es de la vieja escuela”, sostuvo. Con este nuevo sistema, lo mejor es ir a juicio rápido y no “vender humo”.

Aunque ya es tarde para recoger “las plumas arrojadas al viento”, en especial a los medios, el gesto del hermano de Zambrani no hace más que ilustrar el principio del fin de una estrategia que vale decir, puso a pruebas a los fiscales y al CIF, el órgano científico forense que sustenta al Ministerio Público.

Lo que viene, en tanto, no es menor y a decir verdad genera mucha expectativa, pues podría terminar de sepultar las ansias de impunidad de Zambrani. Como dicen los viejos forenses, la víctima habla a través de su cuerpo, y eso es precisamente lo que se espera conocer en los próximos días.

La cantidad de estudios forenses en trámites en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), podría terminar de cerrar la hipótesis criminal que maneja el fiscal, Ramiro Ramos Ossorio, quien en los últimos días, prácticamente, no se guardó nada al referirse al caso.


 
Mecánica de muerte
 
Al respecto, el fiscal adelantó cuál podría haber sido una de las modalidades homicidas utilizadas por Zambrani. “Envenenamiento”, indicó el fiscal al respecto, con lo cual ahora se espera con expectativa el resultado del estudio toxicológico” del cuerpo hallado en la Cornisa.

Sobre este aspecto, el fiscal dio más pistas en la conferencia de prensa que brindó tras el hallazgo del cadáver, oportunidad en la que sostuvo que, según la hipótesis criminal que maneja, Zambrani obtuvo días previos a la desaparición de Paola una suerte de pastillas, las que habría utilizado para darle a Paola.

Concretamente, Ramos Ossorio sostuvo que Zambrani “intercambió” esas drogas por pasta base de cocaína, sustancia que a su vez manipulaba debido a que se dedicaba a la “comercialización de drogas”, con lo cual abrió una puerta aún mayor respecto a la personalidad del imputado.

En este sentido, cabe recordar de que tras la detención de Zambrani, peritos del CIF encontraron una serie de visitas que el acusado hizo desde su teléfono celular a páginas, en las cuales se instruía en cuanto al uso de otras sustancias que, ahora, encajan en toda esta trama asesina.
Se trata de Clorofolmo y Diazepán y, en particular, buscaba saber los efectos de las mismas mezclada con alcohol. La bebida fue otro ingrediente que también estuvo presente la noche en que Paola desapareció, pues en su declaración indagatoria, el acusado manifestó que la víctima fue en dos oportunidades a un almacén de la zona a comprar cerveza.

Es muy probable que Zambrani haya mezclado en la cerveza la droga que intercambió por pasta base de cocaína. El interrogante que este cóctel presenta indica preguntarse: ¿Para qué? Aquí cabe mencionar otro detalle, el cual también surge de dos pruebas directas en el expediente.

De la pericia en el teléfono celular, se pudo establecer que Zambrani también estuvo mirando sitios de sexo condicionado, en especial los que muestran prácticas con animales (Zoofilia). Asimismo, el mismo acusado relata que la noche de la desaparición de Paola vieron unas películas.

Por su parte, cuando Amelia Huergo, madre de Zambrani, prestó declaración indagatoria reveló que su hijo había estado en la casa de barrio Autódromo con Paola viendo películas “pornos”, la noche en que la joven desapareció.

Frente a esto, cabe analizar qué objetivo tenía la droga que Zambrani consiguió para esa noche. Pretendía que esa ingesta potencie a su víctima para tener una noche alocada de placer, o bien reducir cualquier resistencia que podría haber ejercido su víctima.

Cualquiera de los dos objetivos, lo cierto es que Paola encontró la muerte en ello, ya sea por el mismo efecto del cóctel preparado o bien por alguna acción mecánica ejercida por Zambrani, por ejemplo el ahorcamiento. Cualquiera sea, se espera que los estudios forenses en curso arrojen elementos para ahondar más en torno a la mecánica de la muerte.