Los chats de Gaspar Cinco delatarían un plan macabro para deshacerse de Amir
Así lo denotan mensajes con amigos y hasta con la misma Alejandra. Uno de estos mensajes muestra la frustración del periodista tras no conseguir ahogar al pequeño en Dique, pero confirmaría el plan de envenenamiento.
Sin dudas, la pericia al teléfono celular del acusado, develó aún más la trama macabra de Gaspar Cinco, un periodista y docente, empecinado en formalizar una vida de pareja, objetivo que se habría visto frustrado por la presencia de un niño de tan solo 2 años de vida, quien se convirtió en el centro de atención del acusado.
Si bien, el 5 de junio, Gaspar Cinco habría logrado su cometido al darle a su novia, Alejandra Párraga, una botella que contenía, supuestamente agua bendita, la que había llevado para darle a su hijo, Amir, quien por esos días padecía cierto malestar.
Apenas el nene tomó un sorbo, el líquido, mezclado con cianuro, fue letal para el menor. Alejandra, sin saberlo, también bebió, con lo cual el supuesto plan asesino de Gaspar Cinco, tuvo un final inesperado, pues la mujer con la cual esperaba quedarse, por providencia divina, se marchó junto a su hijo.
Este contratiempo, fatal por cierto, dejó a Gaspar Cinco sin capacidad de reacción, pues aparentemente en ningún momento había planeado matar a Alejandra, aunque sí fue responsable de ello, tal como lo sostuvo el fiscal, Ramiro Ramos Ossorio, al pedir que sea juzgado por el delito de homicidio calificado.
La trama de un final anunciado
Unas dos semanas antes, el feriado del 25 de mayo, Gaspar Cinco habría planeado la muerte de Amir, pero todo falló por la oportuna intromisión de un pescador que salvó al menor y el presentimiento de su madre, quien salió en busca de su hijo en el momento justo. Gaspar Cinco habría intentado hasta ese día que otros se deshagan del niño, y para ello, según los mensajes, ofreció en reiteradas oportunidades distintas sumas de dinero, entre 10 y 20 mil pesos, a terceros, amigos y ex compañeros, para que mataran al menor, sin embargo, no logró convencer a ninguno de ellos.
Primer plan fallido
Esto llevó al acusado, según consta en el expediente, a planificar el crimen de Amir, siendo la primera opción ahogarlo en las aguas del dique Cabra Corral, lugar elegido para pasar el día junto a Alejandra y su hijo, a quien había conocido apenas cuatro días antes.
Las pruebas indicarían que Gaspar Cinco planificó y convenció a su novia de hacer un paseo en horas de la tarde por la zona del dique. Tras una caminata, en la que el acusado contó sus planes de ir a vivir juntos, el periodista le sugirió a su novia que se quedara en el auto a descansar, pues unos días antes había rendido un examen en su carrera como nutricionista. En tanto, se ofreció para llevar al niño a dar un paseo por el dique.
La propuesta, no se trataba de algo espontáneo, sino habría sido parte de una trama asesina, la que consistía en dejar al pequeño al borde de un paredón de piedras, lo suficiente como para que Amir cayera al agua, y se ahogara.
En su relato a sus familiares, Alejandra contó que tras ver marcharse a su hijo, de la mano de su novio, intentó recostarse y descansar en el auto, sin embargo, le sobrevino un mal presentimiento, por lo que salió del vehículo y se fue en busca de Amir. Tras caminar unos metros, vio a su hijo aferrado con sus manitos a unas piedras, a escasos metros del agua. A una corta distancia, Gaspar Cinco, en cuclillas, con los brazos cruzados y tomándose la cabeza, era un espectador de lujo de la dramática escena. La desesperación de Alejandra encontró calma cuando un pescador, quien también era espectador de la escena, intervino y logró asistir al pequeño, sacándolo de ese peligroso escenario. Minutos después, Amir se fundió en un abrazo junto a su madre, mientras, el periodista, ante el mal resultado de su plan, daba explicaciones pocos creíbles, como la de haber quedado en shock cuando el niño resbaló.
Alejandra, no dudó de la explicación de su novio, como tampoco sus familiares, quienes creyeron que ese día todo fue producto de un accidente, del cual Amir terminó con unos raspones en las piernas y en la espalda, como así también un golpe en uno de sus hombros.
Frustración del supuesto homicida
Al regresar a Salta Gaspar Cinco expresó su frustración con un amigo, quien conocía sin dudas su plan de ahogarlo. En el cruce de mensajes el imputado dijo que todo había salido mal: “Nadie lo puede matar, no lo pude hacer, se quedó enganchado en la piedras”.
Agregó además en esta seguidilla de mensajes, que sólo sufrió unos golpes, pero “está vivo, como si nada”. En otros mensajes, según fuentes del juzgado, Gaspar Cinco fue más explícito en su furia “Nadie lo puede matar, no me pueden hacer ese favor”, reclamó. Luego, volvió a tentar a su amigo para que se hiciera cargo del asunto. “Tiralo por ahí o no sé”, agregó.
Un plan letal que se le habría ido de las manos
A los días, el acusado comenzó con otro plan asesino, para el cual necesitaba directamente un arma de fuego. Como no tenía, mantuvo conversaciones con algunos amigos a fin de informarse al respecto, tanto en cuanto a cómo conseguir una y sobre el costo, y los papeles que debía realizar. Dada la engorrosa tramitación y los costos del caso, Gaspar Cinco, habría abandonado esta idea y se concentró en una alternativa, tan letal como el arma de fuego: utilizar veneno.
Esto quedó registrado, cuando en un mensaje, escribió lo siguiente. “Nada nuevo…jaja, buscaré veneno nomás”, reveló. A la par, Gaspar Cinco comenzó una nueva embestida, pero para despejar sospechas, sugirió a su novia llevar al pequeño a dar un paseo por la zona del Monumento a Güemes, pues veía que el niño estaba muy encerrado. “Está como una fiera encerrada”, expresó, tras lo cual concentró la conversación, vía chat, con su novia en la necesidad hacer algo por Amir. Las posibles ideas se sucedieron hasta que finalmente, Gaspar Cinco sugirió arteramente lo siguiente: “dale de beber agua bendita”.
Alejandra quedó atónita con la propuesta, pero dada la posibilidad de que con ella podría venir un milagro, no la rechazó, aunque se mostró un poco confundida respecto a cómo podía conseguir ese elixir, oportunidad que fue aprovechada por el acusado. Gaspar Cinco se ofreció a encargarse del asunto. “Yo te consigo y llevo mañana, lo engañemos diciéndole que es agua y listo”, le adelantó a su novia, quien accedió confiada en que dicha agua, bendecida por la Iglesia, seguramente ayudaría a su hijo, sin imaginarse de que en ello le esperaba la muerte.