Sociedad09/05/2018

Abuso en zona sur: "En el auto pensé que me matarían"

Así lo expresó Belén, quien decidió contar su historia y volvió a pedir justicia, también la búsqueda y detención de un tercer sospechoso. "Creyeron que estaba muerta", expresó.

Belén, la joven que fue abusada, golpeada y abandonada en un descampado de la zona sur de la ciudad rompió el silencio, con una valentía admirable contó lo que vivió el 23 de abril a manos de tres hombres, dos de ellos ya detenidos. En diálogo con El Tribuno dio todos los detalles.

Dijo que fue a una reunión con una amiga en el barrio Intersindical.  “Salimos de mi casa a las 21.30 más o menos. Cuando llegamos estaba el dueño y dos amigos más a quienes conocemos". Hasta ese momento nada hacía presumir lo que ocurriría más tarde. "Un ratito antes de las 12 de la noche o incluso a esa hora llegaron los dos muchachos, a quienes el dueño de casa estaba esperando. Los chicos que estaban con nosotras decidieron irse porque no les caían o una onda así"

"En un momento me levanté para ir al baño, y cuando volví advertí que me habían robado el celular. Eran cerca de las cuatro cuando le dije a mi amiga que nos fuéramos, estaba mal porque me habían robado y el que me sacó el celular fue M. M. -menor de edad- mientras tanto el otro, A. B. -mayor- trataba de hacerme la cabeza de que su amigo no había sido".



"Estábamos saliendo los cuatro -Belén, A. B., el dueño de casa y la otra joven- cuando Facundo Z le pidió a mi amiga que dejara que nos fuéramos solos. Ella se volvió diciéndome que ya nos alcanzaba y me dejó sola con A. B. Éste supuestamente me acompañaría hasta la parada, y cuando llegamos me pidió que le convide fuego. En eso sentí que me agarraron del cuello pero de una forma tan particular que no podía gritar. Estaba sola, sin poder moverme, el único local abierto a esa hora era McLucas".

La atrocidad estaba al caer. Mientras la víctima intentaba liberarse, sintió la llegada de un auto oscuro y no pudo divisar la marca ni el color. En medio del escalofriante relato, mezclado con momentos de furia pero sobre todo con una profunda angustia, manifestó lo siguiente: "A. B. me agarró de adelante y me subieron por la parte trasera del auto. No dejaba de ahorcarme mientras M. M., que estaba en el asiento del acompañante se reía, el tercer tipo que aún no atraparon era el que manejaba. Comenzaron a golpearme, lo único que podía expresar eran gemidos que no llegaban a ser gritos. Después me desmayé y desperté en medio del monte".

Ultrajada y casi sin movilidad, al cabo de algunas horas Belén despertó sin saber qué le había pasado. Estaba desnuda, mojada, ensangrentada y sin movilidad. "Desperté y estaba boca abajo, con la cabeza entre los yuyos. Muy dolorida, no podía abrir uno de los ojos de tan hinchando que lo tenía, igual que la boca. De a poco fui recordando y de golpe me dio muchísimo miedo, pensaba que si esos tipos volvían podían matarme. Sabía que tenía que levantarme y comencé a arrastrarme", comentó.



La creyeron muerta

Como pudo llegó a una casa en Santa Ana III. Tras golpear la puerta una señora a quien la víctima conoce no logró reconocerla. "Me preguntó quién era y le dije mi nombre, salieron sus hijos e inmediatamente pidieron ayuda", dijo. A Belén le habían robado sus pertenencias.

"Los investigadores fueron al lugar donde me dejaron creyendo que estaba muerta y encontraron mi anillo, la tarjeta Saeta y hasta el momento no apareció mi celular ni el tercer hombre", refirió.

"En el auto pensé que me matarían, que iba a ser una más de tantas. En el descampado, después de unos minutos, le pedí a Dios que me ayudara; le dije diosito ayúdame por favor. Me pare despacio, por mi cabeza pasaba que si me volvían a ver esos tipos iban a matarme. Dios me dio fuerzas para salir de ese lugar".



Con ayuda psicológica y mejorando a diario físicamente, Belén manifestó su firme decisión de seguir con su lucha y con las marchas para que el horror que sufrió no se repita. “La verdad que a estos tipos no les tengo miedo, mucha gente me demostró que no estoy sola. Son ellos los que deberán temer porque vamos a seguir pidiendo justicia. Estoy con mucha bronca porque la familia de los delincuentes sigue con las amenazas, lo hicieron en la primera marcha y también ahora”, concluyó la víctima.