Sociedad07/01/2025

Iovino: "Todos somos libres de opinar, pero debemos ser conscientes de las consecuencias"

En medio de la causa judicial por intimidación pública en redes sociales, que involucra a tres miembros de una aparente productora acusados de difundir material audiovisual en perjuicio de empresarios y políticos, Gustavo Iovino, periodista y docente, en diálogo con InformateSalta, abordó el complejo tema de la libertad de expresión y la responsabilidad en el ámbito digital.

Iovino reflexionó que "toda persona es libre de opinar, de comentar, de publicar, sin censura previa", pero debe ser consciente de las consecuencias de sus palabras en caso de que alguien se sienta afectado en su buen nombre, honor, entre otros aspectos, y decida recurrir a la justicia para esclarecer la situación.


“Toda persona es libre de opinar, pero es responsable de sus actos”


Uno de los principales problemas señalados por Iovino es el anonimato en las redes sociales, que dificulta la identificación de los responsables de la difusión de contenido perjudicial. "El sistema de redes sociales es imposible de controlar", explicó.

Con respecto al rol de las audiencias, subrayó la importancia de educar a la sociedad en un uso responsable de las plataformas y de fomentar una alfabetización crítica sobre la información. “No hay que dejarse llevar por lo que nos marcan los algoritmos", sostuvo. 

En su opinión, la única forma de contrarrestar este fenómeno es que las personas aprendan a discernir mejor entre lo que consumen en línea y evitar caer en la trampa de compartir contenido sin verificar su veracidad. “Tenemos que ser conscientes de que las redes sociales ayudan a movilizar las emociones. Tenemos que ser más racionales al momento de vincularnos con las redes sociales". 


“Hay una doble responsabilidad de quienes publican y de quienes también reciben los mensajes" 


En cuanto al futuro cercano, especialmente en el contexto de una campaña electoral, advirtió que las redes sociales podrían desempeñar un papel central en la disputa política, aunque más centrado en la emoción que en el debate de ideas y proyectos.