El pedido de los empresarios del transporte podría disparar el precio del boleto
Que se pague más por kilómetro recorrido a las empresas de colectivo del área metropolitana podría derivar en nuevos aumentos en el precio del boleto.
El condicionamiento que los empresarios de Tadelva, El Cóndor, Lagos, San Ignacio, Ale Hnos., Transal, Alto Molino y Ahynarca pretenden exigir a la sociedad estatal para firmar la extensión del contrato por dos años para el servicio en el área metropolitana de Salta, resulta incomprensible.
Dicen que con el precio por kilómetro que reciben hoy, no llega a cubrir el costo operativo y tampoco les permitiría adquirir coches nuevos.
Tampoco podrían renovar la flota de los ómnibus marca Tatsa, que la Provincia compró y otorgó en comodato para que los exploten las empresas. Un beneficio único y exclusivo del que gozaron durante años, y no están dispuestos a afrontar con las ganancias adquiridas durante años.
Ahora, cuando el Estado les plantea el mismo esfuerzo que exigió a todos sus proveedores, de congelar los montos de contratos, se sienten tocados y afectados. No quieren hacer ningún esfuerzo ni destinar parte de los millones que ganaron durante años, usufructuando colectivos que pagamos todos los salteños, pero que redituaba sólo a sus bolsillos.
Nunca pensaron en el cliente
Claro, porque en definitiva, a estos empresarios nunca les interesó el pasajero. Sólo les interesa recorrer más kilómetros.
El sistema de SAETA que paga por kilómetro recorrido y no por pasajero generó en la mente de los empresarios del transporte un enfoque equivocado: su mente no está puesta en sus clientes, los pasajeros, sino en el Estado que es quien les paga.
El cliente, el usuario, el vecino que es el que paga por viajar en un colectivo, no es de su interés. Sólo les interesa sumar kilómetros. Si la gente que transportan viaja bien, o paga un boleto caro o barato, es algo secundario.
Es un defecto del sistema, ya que en todo rubro, lo primero es el cliente.
Y acá lo importante. Si ellos condicionan su continuidad al aumento del precio por kilómetro, al Estado le quedan dos salidas: o aumenta los subsidios o aumenta el precio del boleto.
Considerando el contexto económico actual, donde todo apunta a reducir el déficit fiscal, el aumento en los montos otorgados en concepto de subsidios estaría descartado. Así que quien pagaría las mayores ganancias que quieren tener los empresarios sería el pasajero.
¿Qué pasaría si la recaudación de las 8 empresas estuviera dada sólo por el pago del boleto por parte de los usuarios, como era antes, como ocurre en todo el mundo?
Durante años no dijeron nada y sentaditos en sus cómodos escritorios se llenaron los bolsillos. El Estado era su mejor, y único, cliente.
Este condicionamiento es una muestra de la manera egoísta y ambiciosa que piensan, donde no están dispuestos a ajustarse. Es una muestra que la solidaridad o responsabilidad empresaria es algo ausente en sus mentes.