Carmen Puch, la mujer que amó a Güemes
El chozno del héroe gaucho destacó su fidelidad hacia el General y la causa patriótica. Su vida se apagó a los 25 años, a menos de 10 meses del paso de Güemes a la inmortalidad. La leyenda dice que murió de amor pero la realidad es mucho más fuerte.
En el marco del 197º aniversario del paso a la inmortalidad del Gral. Don Martín Miguel de Güemes, desde InformateSalta nos propusimos recordar a la primera dama: Carmen Puch, aquella joven de cabellos rubios y ojos celestes, de quien poco se escribió en la historia de la gesta güemesiana.
Era hija de Domingo Puch y de Dorotea de la Vega Velarde, que eran dueños de 50 mil hectáreas en Rosario de la Frontera, donde tenían ganado que ponían permanentemente al servicio de los ejércitos auxiliares del Alto Perú. “Su padre puso su fortuna al servicio de la patria”, recuerda Martín Miguel de Güemes, el chozno del héroe gaucho en diálogo con nuestro medio.
A los 18 años, se casó con el entonces gobernador de Salta, Martín Miguel de Güemes, que pisaba los 30 años y acababa de ser ascendido a teniente coronel por el Gral. San Martín. “Ella sentía un enorme amor por el General y tenía una consustanciación muy grande con la causa patriota”, describe.
Las cartas entre ambos son prueba fehaciente del amor que se profesaban. “Realmente tenía carácter y un gran amor por sus hijos y la patria. A Güemes le costaba mucho doblegar a Carmen, hay cartas donde dice Carmen sigue a mi lado a pesar de que le digo que no, entonces quiere decir que no lo obedecía tanto”, sostuvo.
El descendiente del General explica que ella no estaba en Salta cuando a Güemes le tendieron el complot esa noche fatídica del 7 de junio, y que 10 diez días después le costaría la vida. A menos de 10 meses de la muerte de su amado, Carmen, quien en ese momento tenía 25 años, partió a su encuentro un 3 de abril de 1822.
La leyenda dice que se cortó la cabellera y se encerró en un costado de la casa sin comida ni agua hasta que murió pero la realidad es mucho más fuerte. “Ella murió de una tuberculosis, perdió la cabellera por el tratamiento que había en esa época, murió a causa de los fríos que pasó en la persecución que le pusieron los españoles a la familia de Güemes”, relató.
Por último, consideró que Carmen Puch es una mujer olvidada, que fue realmente fiel no solamente a Güemes sino a la causa que él defendía. “Se lo trasmitió a sus hijos, porque si bien Güemes no estuvo tanto tiempo con ellos, sintieron todo ese amor por su padre y por la patria”, aseveró.
Los herederos
Tras la muerte de su madre, Luis, de 3 años, y Martín, de 5, fueron perseguidos por los enemigos de Güemes, razón por la cual, los gauchos se los llevaron a los montes y los protegieron. “Ellos se criaron como gauchos”, relata.
El hijo del tataranieto del héroe gaucho detalla que los descendientes de Güemes eran federales doctrinarios y estaban contrarios a la dictadura de Juan Manuel de Rosas, por lo que tuvieron que exiliarse. “Se fueron a Bolivia, y al Perú, mi tatarabuelo terminó trabajando en las minas del Perú para ganarse la vida, su hermano lo mismo, el sufrimiento fue doble porque les embargaron las tierras y consecuentemente sufrieron mucho”.
Sin embargo, volvieron a la tierra que los vió nacer cuando cayó Rosas, y asumió Urquiza. Fue en aquel entonces cuando Martín del Milagro, el hijo más grande de Güemes, se convirtió en gobernador de Salta.