El General Martín Miguel de Güemes; un soltero codiciado

Cultura16/06/2025
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En el marco del 204º aniversario del paso a la inmortalidad del Gral. Don Martín Miguel de Güemes, es importante recordar también otro aspecto de nuestro guerrero patrio; un amante intenso y novelesco.

La elegida, Carmen Puch, aquella joven de cabellos rubios y ojos celestes, de quien poco se escribió en la historia de la gesta güemesiana, era hija de Domingo Puch y de Dorotea de la Vega Velarde, dueños de miles de hectáreas en Rosario de la Frontera, llenas de ganado que ponían permanentemente al servicio de los ejércitos auxiliares del Alto Perú. 


La escritora Juana Manuela Gorriti solía decir que “era una mujer maravillosa, con todas las seducciones que puede soñar la más ardiente imaginación”.


A los 18 años, se casó con el entonces gobernador de Salta, Martín Miguel de Güemes, que pisaba los 30 años y acababa de ser ascendido a teniente coronel por el Gral. San Martín. La que ofició de celestina y los presentó fue Macacha Güemes, apenas se enteró de que su hermano había roto su compromiso con su novia, Juana María Saravia.

Las cartas entre ambos son prueba fehaciente del amor que se profesaban; en algunas el General expresaba  "Carmen sigue a mi lado a pesar de que le digo que no", refiriéndose a la dificil vida del gaucho en épocas de batalla, sintiéndose poco merecedor de tanto esplandor y amor incondicional.


Feriados 16 y 17 de junioRigen en Salta los feriados nacional y provincial en conmemoración al Paso a la Inmortalidad del General Güemes

Por su parte, Carmen, según el historiador Felipe Pigna, en respuesta a las dudas e insistencia de Martín, dejó plasmado en tinta, palabras osadas para la época pero no por eso menos románticas:


“Mi vida, mi cielo, mi amor, por Dios cuídate mucho. Mi rico, cuándo será el día que tenga el gusto de verte y estrecharte en mis brazos y darte un millón de besos en mi rica jetita”.


La muerte de su esposo la llevó a lo más hondo y no tardó mucho en reencontrarlo, el 3 de abril de 1822, en algún lugar glorioso, sus almas se reencontraron. Ella pasó meses cubierta con velo negro, escapando de los españoles, con frío y el corazón helado, que la llevó a contraer tuberculosis. El tratamiento hizo que su cabellera la abandonara, y es así que muere, cargando en su agonía también la muerte de su pequeño hijo Ignacio, quién no resistió los viajes a caballo y escapadas familiares por las cuestas.

Detrás de éste gran hombre, acusado de infidelidades por su ausencia mientras se ocupaba de la lucha nacional, estaba Margarita del Carmen, mujer a veces olvidada por la historia, que honró cada paso del General amándolo con locura y protegiendo a la familia junto a su tío Francisco Velarde y a "mamá Gabriela", sirvienta de la familia.

Tras la muerte de su madre, Luis, de 3 años, y Martín, de 5, fueron perseguidos por los enemigos de Güemes, razón por la cual, los gauchos se los llevaron a los montes y los protegieron


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Como legítimo heredero Martín del Milagro, el hijo más grande de Güemes, se convirtió en gobernador de Salta en dos oportunidades consecutivas.

 

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