El juicio a los Narcopolicías llega a su fin este lunes
El debate llegará a su fin este lunes con los alegatos, oportunidad en que se repartirán penas para la mayoría de los acusados. El caso es histórico, pues nunca antes hubo tantos policías implicados en un mismo accionar delictivo.
El juicio a los ocho policías, una mujer y su hijo transcurrió, hasta el momento, sin sobresaltos. Con audiencias intermitentes, día por medio, el tribunal no tuvo imprevistos más allá de los clásicos planteos en que las partes buscan sacar ventaja o capitalizar ciertas piezas procesales.
Como se recordará, el juicio tiene como acusados a los ocho policías que componía el Sector 5 de Drogas Peligrosas, detenidos el 20 de octubre de 2016.
Se trata del subcomisario, Ricardo Enrique López; el oficial auxiliar, Daniel Vizgarra; el sargento ayudante, Rafael Siares; el agente, Sergio López; la sargento ayudante, Nancy Bruna; el cabo, Pedro Gustavo Carrizo, Carlos Alfredo Erazo y el cabo, Javier Ramón Costilla.
La flota se complementa con Sandra Elizabeth Serrudo, novia del policía Carrizo, y su hijo, Alfredo Thiz. Estos dos, junto a los policías, son juzgados por los delitos de “asociación ilícita” y “confabulación”, “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización doblemente agravado por la participación de tres o más personas en forma organizada y por haberse cometido por funcionarios públicos encargados de la prevención y persecución de los delitos”, “violación de secretos”, “omisión de los deberes del oficio”, “tenencia simple de estupefaciente” e “incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos”.
El caso fue un escándalo que golpeó duro a la institución policial, pues se trata del primer caso en la historia de esa fuerza en que toda una dotación quedó imputada por un accionar delictivo, hecho que marcó el grado de corrupción existente en las filas policiales.
Además de esta sorpresa, desagradable por cierto, la caída de esta banda despertó sospechas en torno al manejo interno de las denuncias e informaciones internas relacionadas al narcotráfico, algo que hasta ese momento era de exclusiva competencia policial.
Desarrollo del juicio
Aunque no se presentaron la totalidad de los testigos previstos, dichas ausencias no causaron mayores daños, tanto a la fiscalía como a las defensas. Lo único que podría haber alargado el debate y generado cierta reyerta entre las partes, habría sido la decisión de los acusados de prestar declaración, lo que finalmente no sucedió.
Y eso, según lo que se pudo advertir del transcurso del juicio, se debió en cierta manera al hecho de que el curso del juicio no alteró el grado de compromiso de los policías más comprometidos, quienes a la hora de los alegatos, seguramente, se llevarán la peor parte.
Unos pocos, quienes llegaron al juicio con la esperanza de pasar desapercibido, al parecer, lo habrían logrado y aguardan conocer el tono de la acusación el lunes para recién jugar, a través de sus respectivos defensores, sus mejores cartas.
Uno de ello, como ejemplo, podría ser el subcomisario Ricardo López, contra quien la fiscalía tendría poco reproches, situación de la cual su abogado defensor, Marcelo Arancibia, con amplia experiencia para estos momentos, podría capitalizar a su favor.
Es que el subcomisario, como se sabe había tomado las riendas de la dotación del Sector 5 de Drogas Peligrosas, unos 20 días antes e incluso la Unidad de Análisis Criminal no le pasó la clave para conocer las denuncias y las investigaciones internas hasta un día antes.
Podría decirse que desconocía o no conocía al personal, sin embargo, esto no es un punto importante para exponer como una excusa, pues todo jefe policial debe saber todo de todo, mucho más cuando se está al frente de una división tan sensible como la de Drogas Peligrosas.
La debilidad de la carga probatoria que se ventiló en el juicio le alcanzaría para despegarse de los delitos más graves, en particular los relacionados con la tenencia y comercialización de drogas y asociación ilícita, pero no con otros cargos, como el de incumplimiento de deberes de funcionario público.
En el otro extremo, en tanto, se encuentran Carrizo, su novia, Serrudo, y los policías, Siares, Costillas, cuya situación se encuentra seriamente comprometida, pues a lo largo del debate no hubo instancias en las que estos acusados pudieron haber capitalizado para sí.
La relación entre ellos y el delito, a decir verdad, quedó más que expuesta a medida que transcurrieron las audiencias, por lo que no se avizoran posibilidad de que sus defensores puedan revertir la situación procesal de cada uno de ellos.
Testimonios claves
Fueron los aportados por los policías que llevaron adelante las investigaciones, como así también los procedimientos que derivaron en la detención de los acusados, el secuestro de elementos probatorios y otras pruebas procesales.
Entre ellos, se destacó la del entonces jefe de la Delegación Salta de la Policía Federal, comisario inspector, Fernando Chaín, quien pudo referirse a los detalles del caso, al igual que otros colegas de esa misma fuerza, los que llegaron a las audiencias y no dudaron en comprometer a los policías provinciales.