Caso Liam: negar y callar, la estrategia de los padres
En la segunda audiencia de juicio, Mariana Román, madre de Liam, aceptó prestar declaración. La joven, sobre quien estuvieron puestos los ojos de todos los integrantes del tribunal, repitió la versión que dio cuando fue detenida: negación y silencio.
La mujer no se hizo cargo ni tampoco acusó a su pareja, aunque en el expediente todavía quedó pendiente una frase que se le escapó y que apunta a su marido. Al ser indagada sobre las lesiones, en la etapa de investigación, la acusada dijo que en la noche su hijo quedaba con su padre, por lo que él debería saber.
Este desliz es el único que se le escapó y, de alguna manera, afectó la estrategia defensiva, pues la pareja llegó a juicio, cada uno con su equipo de abogados defensores, lo que indica que entre ambos no existiría un acuerdo total de cara al juicio, cuyo veredicto podría dejarlos con una pena de diez años de prisión, como mínimo.
Tampoco es descabellado pensar que la presentación de los acusados, cada uno con sus propios abogados, sea parte de una misma estrategia. La misma podría romperse si la balanza comienza a inclinarse en contra del padre de Liam, quien, por el momento, optó por ajustarse al libreto y desistió en declarar.
Los defensores de la pareja, en tanto, tampoco han tenido una actuación brillante, y la verdad es que no tienen mucho margen para maniobrar. Lo único que intentaron deslizar es que el niño llegó al hospital con una sola fractura, en su brazo izquierdo, y las otras 19, en realidad, fueron causadas dentro del hospital.
Este argumento, por supuesto, no sólo fue rechazado de plano sino que generó cierto malestar en el tribunal. Tras este tropezón, los abogados se llamaron al silencio y esperan expectante el desarrollo del resto de las audiencias, pues saben que aún falta lo peor.
Los perfiles psicológicos
El lunes, el tribunal tiene previsto reanudar el juicio a Román y Gonzalbes con la declaración testimonial de los profesionales que evaluaron el perfil psicológico de cada uno de los acusados, quienes fueron contundentes con sus apreciaciones durante la etapa inicial de este caso.
Según trascendidos que este medio pudo conocer, la madre de Liam un rasgo psicopático, tendencia a mentir y hostilidad y agresión. Respecto a Gonzalbes, el reporte tampoco le sería favorable, ya que los profesionales que lo trataron lo habría descripto con indicadores de agresividad y mendacidad.
En este caso, se suma otro dato que indicaría que el acusado habría sido adicto a sustancias prohibidas, lo que podría agravar su situación. Es que los dichos de su mujer de que el mismo se quedaba solo con el bebé, no se descarta que en ese lapso de tiempo, el padre, bajo los efectos de la droga y ante el llanto del niño, haya reaccionado de manera agresiva, maltratándolo físicamente.
Para la fiscalía, “ninguno de los imputados reveló algún tipo de angustia” por las lesiones de su hijo, según surge de las declaraciones prestadas por el personal médico que asistió al menor, de las declaraciones prestadas por los propios imputados, de las cuales resulta “evidente su frialdad frente a estos aspectos”.
Tal vez la única variable que podría favorecer a los acusados, teniendo en cuenta la calificación de tentativa de homicidio, es que dicha acusación penal no podría mantenerse si se analiza que la misma no es compatible ante el hecho de que ambos padres llevaron al menor al hospital, hecho que podría obligar a la fiscalía a realizar un nuevo análisis al respecto.
Pese a ello, la gravedad de las lesiones son suficiente evidencia de la agresividad y maltrato físico desplegado por los acusados en perjuicio de un bebé que, al momento de padecer las lesiones, apenas llevaba un mes de vida.