Sociedad02/04/2019

Sobrevivir a la guerra: La historia de Aníbal, un ex combatiente de Malvinas

Al cumplirse un nuevo aniversario, Aníbal Franco, salteño por adopción, abrió su corazón a InformateSalta y contó como siguió su vida luego de haber peleado por las Islas. Construyó una carrera en Gendarmería Nacional, formó una familia y tuvo 3 hijos.

Aníbal durante la guerra de Malvinas

Con tan solo 18 años y a pocos días de haber ingreso al Servicio Militar Obligatorio, Aníbal Franco, un formoseño que se enamoró de Salta y se quedó a vivir en la provincia, tuvo la difícil tarea, al igual que cientos de soldados, de defender de los ingleses a las Islas Malvinas.

Hoy, 37 años después de la guerra, InformateSalta dialogó con él para conocer como siguió su vida después del combate en el que le tocó embarcarse en el buque tanque Ara Punta Medanos el 28 de marzo de 1982, cinco días antes del 2 de abril

“Hicimos el apoyo a los comandos, porque era un buque tanque logístico, a mí me tocó estar como provisión de municiones de un cañón. La acción nuestra fue esa, de recuperar Malvinas. Estuvimos 5 días en Bahía de la Anunciación de la Isla Soledad y pegamos la vuelta a Buenos Aires y nos reintegramos a Malvinas el 17 de abril, estuvimos hasta el 2 de mayo, el día del Hundimiento del Belgrano. Fue un día muy negro, muy duro para nosotros porque realmente no sabíamos si nos estaban siguiendo o ahora yo después de tantos años me doy cuenta que no se si fue una solicitud de retirada del lugar,” recordó.

El 2 de mayo explotó la caldera de su buque, pudieron alcanzar la costa al caer la noche y allí tuvieron que esperar cinco días antes que los rescató el Ara Almirante Irizar, que los trasladó hasta Puerto Madryn

Una vez terminada la guerra, vivieron una mezcla de sensaciones, se debatían entre la alegría de saber que había terminado y la tristeza por sus compañeros que murieron. Recién el  7 de julio volvieron a Puerto Belgrano, estuvieron allí dos días, el 9 de julio juraron la bandera y les dieron 15 días de licencia.

“Para mí fue una alegría terrible, fue una desesperación porque la verdad que hacía muchos días que no tenía contacto con mi mamá. Para eso yo vine con una angustia muy grande, un dolor en el pecho, con el tiempo que teníamos que nos habíamos bañado porque no teníamos agua dulce para ocupar, teníamos caspa, el pelo largo, hediondo, el olor a cuerpo impresionante y eso nunca me lo olvido, no era costumbre vivir así,” detalló.

Para poder llegar al reencuentro con su madre tomó, junto a otros compañeros jujeños, tomó un tren que los llevó hasta Rosario de Santa Fe y desde allí hicieron dedo.  “Al final terminamos llegando en un camioncito que traía carbón de Tucumán a Jujuy,” expresó.

Una vez junto a su familia, no pudo contener las lágrimas y logró desahogarse, en ese momento sintió que todas las tensiones y dolores no existían más.

Después del descanso, volvieron a Puerto Belgrano, los subieron a un avión, los llevaron hasta Ushuaia, en Tierra del Fuego, donde se quedaron apresto hasta diciembre, con algunos rumores de que la guerra podía retomarse, lo que finalmente no ocurrió.

“En abril del 83 nos dieron la baja y me fui a Jujuy a buscar trabajo, que fue difícil, porque en la libreta nos habían firmado que habíamos participado de Malvinas y eso nos condenaba porque no podíamos conseguir trabajo. Realmente fue feo. Después yo cambié el documento y ya no vino más ese versito que tenía. Así que logré entrar a trabajar en Gendarmería Nacional, ahora el 1º de julio voy a cumplir 35 años en la fuerza,” manifestó.

Durante los primeros años posteriores, Aníbal no tomó dimensión de lo que había vivido y hasta lo guardó en el olvido, pero la angustia y el nudo en la garganta, volvieron años después y comenzó a tener  problemas psicológicos.

“En el 2008 estuve con psiquiatras, psicólogos, neurólogo, fisioterapeuta porque me estaba afectando los músculos el estrés. Un doctor me diagnostica estrés postraumático con neurosis de guerra, porque yo sentía el olor que había traído en el cuerpo, me sentía en algunos momentos.  Lo que más me acuerdo es que me bañé una sola vez en 40 días. Nos afectó con el tiempo porque recién uno empieza a pensar y a ver realmente la dimensión de ese momento,” explicó.


Pese a todo ello, el ex combatiente decidió seguir adelante, construyó una larga y hermosa carrera que le permitió conocer prácticamente todo el país, se casó con una jujeña y tuvo tres hijos. Su hijo menor le regaló una nieta, pequeña que hoy en día tiene un año de vida. En el 97 lo mandaron a Salta, compró su casa y no se quiso ir nunca más.

“Para superar todo el trauma que tuve, me puse a estudiar Locución, en el 2012 hice un programa de radio contando la historia de Malvinas por la 102.3, no lo pude dejar porque tenía mucha audiencia, hice un programa especial con el chamamé de Formosa, me gusta, me quedé con eso. Continúa saliendo al aire todos los sábados de 19 a 21 horas,” subrayó.

Lo más importante para él, en un año más del aniversario, es difundir la causa y que cada ciudadano argentino, sobre todo los jóvenes, conozca y sepa lo que fue la guerra. Hoy, 2 de abril, desde InformateSalta queremos agradecer a todos aquellos que como Aníbal pelearon por defenderlas y decir que las Malvinas, fueron, son y serán siempre argentinas.