Abuelos y tecnología: la pandemia los obligó a amigarse con los dispositivos
InformateSalta dialogó con Jorge O’Brien, director de Adultos Mayores, quien precisó cómo es la relación entre los abuelos salteños y las modalidades online en tiempos de cuarentena. Señaló que hay un 15% que está arraigado a la cultura y les cuesta aprender a usar la tecnología.
En estos tiempos de pandemia, muchos servicios, atenciones y prestaciones se han volcado al sistema online para que todos los trámites o acciones que debíamos realizar de manera presencial la podamos hacer desde la modalidad de la casa. Pero ¿qué pasa con los abuelos, que no siempre “se llevan bien” con la tecnología o no cuentan con las facilidades para entrar en la web?
Interesados por esta cuestión InformateSalta dialogó con Jorge O’Brien, titular de Adultos Mayores de Salta, quien señaló cuál es el panorama con nuestros abuelitos. “Mucha gente opta por el sistema presencial, en parte porque ya son grandes, pero otros porque no aceptan la máquina como interlocutor válido, sólo el humano frente a ellos que le ponen el sello”, indicó en primer lugar.
A esto enumeró que “hoy tenemos aproximadamente 145.000 adultos mayores, de ellos el 85% se llaman independientes, el 10% semidependientes y el 5% son dependientes; en este 5% la gente está arraigada a la costumbre, no podemos pedirles que se transformen porque no lo van a hacer y tenemos que incluirlos a la modalidad que les queda cómoda”, indicó.
A ellos sumó el grupo del 10% que “está aprendiendo, no lo tiene incorporado, sabe manejar un cajero pero no sabe hacer una transferencia; entonces hay un 15% que no está ayornada con la tecnología y queda marginada en el sistema, eso genera una responsabilidad a los actores” de trabajar para ellos, dijo O’Brien.
Esta necesidad los llevó a hablar desde la Universidad de la Tercera Edad con las entidades bancarias, para ayudar a los abuelos. “Buscamos convenios con el Banco de Santiago del Estero, para que hagan spots y hacer cursos de simuladores de cajeros, que les den la tarjeta, asi pueden aprender; tenemos que “arrastrar” a las entidades para que nos ayuden con los cursos, asi los transformamos (a ellos también) en gente amigable para los abuelos, pero es una lucha”, reconoció.