Docentes dan cátedra de inflexibilidad
Docentes dan cátedra de inflexibilidad
El docente que recién se inicia en Salta cobrará $5.000, lo que refleja un incremento salarial del 42%, mientras que el aumento para un maestro de grado alcanza el 36%, cifra que traducida al sueldo básico representa un 38% del crecimiento del salario, muy por encima de las cifras que maneja el Gobierno nacional, que puso un techo salarial de $4.400 para el docente recién iniciado.
El Gobierno se flexibilizó la postura para encontrarle solución a una huelga que tiene a la niñez salteña cautiva, a las escuelas vacías, y a los maestros con faltas prolongadas.
Atrincherados en sus carpas de la plaza 9 de Julio, los docentes alimentan broncas, arengados por sectores que, históricamente, siempre sacaron provecho de los conflictos para crecer en las urnas. El claro ejemplo es el comportamiento nada ético y potencialmente ventajero que adoptó el Partido Obrero, cuyos directivos, con el diputado Claudio Del Pla a la cabeza, alientan el desencuentro en vez de abogar por encontrar la puerta de salida de un conflicto que ya va para el mes sin clases.
Si un reclamo sienta sus bases en puntos que paulatinamente van siendo atendidos y aún así se sostiene la huelga, la protesta pierde legitimidad para esconderse en las oscuras sombras del capricho y de los intereses personales.
La insensibilidad de los manifestantes es llamativa y está maquillada con trazos hasta de soberbia: mientras otros gremios arreglaron sus salarios en porcentajes menores de incremento, los docentes se mantienen intransigentes y no piensan dar un paso atrás hasta tanto no se cumplan con sus desmedidas exigencias.
Desconocer el derecho al aprendizaje que tiene la niñez es un acto de incumplimiento al postulado principal de la docencia aunque, claro, ¿se puede esperar otra cosa de un sector que insultó al Gobernador, que obligó a suspender un acto tan caro a los sentimientos de salteñidad como el festejo por un nuevo aniversario de la fundación de nuestra amada provincia?
La gente, que en principio tocaba bocina a modo de adhesión a la protesta, lentamente va abriendo sus ojos y cae en cuenta que los caprichos carecen de legitimidad, y que el silencio que impera en un aula vacía le pone riendas a la enseñanza y lastima el alma misma de nuestro futuro como provincia.
Fuente: www.informatesalta.com.ar