Crecen los merenderos, pero también el sobrepeso en los menores que asisten
Si bien pareciera tratarse de una contradicción, no lo es, ya que mientras los merenderos aumentan en la ciudad, llamativamente la población infantil que asiste presenta en una buen cantidad exceso de peso.
Un 39% de los niños, niñas y adolescentes que asisten a merenderos de barrios vulnerables de la ciudad tienen malnutrición por exceso. De ese porcentaje, un 23% presenta sobrepeso y un 16% obesidad. En tanto un 8% sufre un déficit alimentario.
Del total de niños con insuficiente alimentación, un 6% tiene bajo peso y un 2% desnutrición. El 53% restante está en valores normales de acuerdo a su edad, según dio a conocer hoy El Tribuno.
Los datos se desprenden de un informe sobre el estado nutricional de la población que recibe asistencia alimentaria. El estudio se realizó en el marco de un convenio de colaboración entre el Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales (CNIN) y la Municipalidad de la Ciudad de Salta.
Desde mediados de 2020 se evaluó la situación nutricional de 253 niños y adolescentes que concurren a los merenderos comunitarios de los asentamientos y barrios Parque La Vega, Siglo XXI, Vélez Sársfield, Divino Niño, Villa el Sol, Solidaridad, San Antonio y Santa Ana.
Los merenderos con mayor porcentaje de malnutrición por exceso fueron Villa El Sol, con un 26% de sobrepeso y 23% de obesidad y Santa Ana, con un 12% de sobrepeso y un 33% de obesidad.
Mientras que por el bajo peso y la desnutrición los que más preocupan son los números de los merenderos del asentamiento Parque La Vega, donde se registra un 6% de niños y adolescentes con desnutrición e idéntico porcentaje con bajo peso también. En Siglo XXI existe un 7% de bajo peso y un 4% de desnutrición y en Vélez Sársfield, un 11% de bajo peso.
Malos indicadores
Las evaluaciones se realizaron según los estándares de la Organización Mundial de la Salud (2007). Se utilizó el indicador peso/edad para los niños de 0 a 5 años y para la población mayor de 5 y de hasta 18 se empleó el indicador Índice de Masa Corporal (IMC).
La subsecretaría de Salud y Ambiente Humano, Mónica Torfe, explicó que los resultados del informe se asemejan a los obtenidos en estudios nacionales, en los que el problema nutricional de mayor prevalencia es el sobrepeso y la obesidad en la población infantojuvenil con asociación entre la malnutrición por exceso y la pobreza.
El problema se asocia a una alimentación de baja calidad nutricional, en la que la cantidad de alimentos no es el factor determinante del estado nutricional, sino la calidad.
El elevado consumo de hidratos de carbono o azúcares prevalece ante la baja calidad de las proteínas dietéticas, como así también el aporte de vitaminas y minerales.
La subsecretaria Mónica Torfe señaló que una alimentación no adecuada trae como consecuencia que la gente sufra enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, obesidad, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Se trata de patologías que se pueden prevenir.
Los azúcares, grasas y sodio en exceso son nocivos para la salud. Por el contrario las verduras, frutas, carnes, cereales y alimentos integrales son saludables.
Destacó la importancia de la implementación de huertas familiares y comunitarias para el aporte de nutrientes esenciales: proteínas de buena calidad, vitaminas, minerales y fibra.
"Muchas personas ya tienen huertas en sus hogares, incluso quienes viven en departamentos cultivan en macetas. La verdura se puede producir en casa", indicó y agregó que otro punto importante es la actividad física regular ya que el sedentarismo es otro factor que implica riesgo de sufrir diferentes enfermedades.