Con 29 denuncias en curso, INADI repudió los abusos sexuales en comunidades indígenas
El pasado 15 de enero Pamela Julia Flores, una niña de la etnia wichí, fue hallada sin vida a la vera de la ruta 81, en uno de los accesos a la localidad de Pluma de Pato. Durante la investigación del hecho su padre relató la dura y persistente práctica del “chineo”, por la cual adultos "criollos" llevan engañadas a las niñas de las comunidades para abusar de ellas.
A pesar de no tratarse del único hecho de este tipo, el caso de Pamela fue uno de los tantos que sirvió para destapar nuevamente una problemática de larga data como es el de los abusos sexuales en comunidades originarias.
A partir de estas situaciones, el 11 de febrero de este año el ministro de Seguridad y Justicia, Abel Cornejo y el delegado del INADI, participaron de la Primer Asamblea General de Mujeres Indígenas de Ruta 81, donde se abordaron problemáticas que afectan a la población.
Fue así como el 22 del mismo mes mujeres de la Misión Kilómetro 2 de Pluma de Pato, Rivadavia Banda Norte, presentaron la denuncia colectiva, y se dio intervención al Ministerio Público Fiscal; a la Asesoría General de la Provincia, porque interviene en la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes; y a la Defensoría General de la Provincia.
Estos dramáticos acontecimientos hacen alusión al testimonio de mujeres del Pueblo Wichí que denunciaron abusos sexuales y violaciones de “criollos”, en cacerías humanas. De los relatos, se pone de manifiesto lo que se denomina “chineo”, práctica aberrante efectuada por grupos de varones que se dirigen al monte y literalmente cazan a jóvenes y niñas, a las que corren, persiguen, derriban y violan.
Continuando en los trabajos de visibilización, repudio y erradicación de estas prácticas, la Delegación del INADI en Salta hizo público el acompañamiento a las víctimas de abuso sexual de Misión Kilómetro 2 y de Pluma de Pato. Muchas de ellas también denunciaron la falta de filiación de hijas e hijos nacidos producto de esos abusos y reclamaron que se reconozca su derecho.
Sobre esta línea, Gustavo Farquharson, delegado de INADI Salta, destacó que las mujeres “hayan quebrado el silencio histórico” al compartir públicamente sus experiencias, porque permite tomar conocimiento de las atrocidades a las que fueron y son sometidas las mujeres y niñas de las comunidades, “quienes resultan víctimas de violencia de género, de odio racial y de clase".
Ante estos hechos, Farquharson expresó la necesidad de "avanzar en las acciones necesarias que permitan sentar un precedente histórico, para que el Servicio de Administración de Justicia propicie el camino a la erradicación de estas prácticas de violencia sexual, de género y racismo".
De la misma forma, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), se pronunció al respecto y repudió “absolutamente todos los hechos de violencia que atenten contra la integridad física, psíquica, simbólica e institucional de las niñas, mujeres y diversidades pertenecientes a las diferentes comunidades indígenas de nuestro país”.
“Es importante recalcar que no son prácticas culturales, como se suele decir. Son lisa y llanamente violaciones. Por esta razón, el protocolo se activa con el objeto de otorgar mayor celeridad al tratamiento de las denuncias que llegan a INAI y dar acompañamiento a las víctimas indígenas”, marcaron desde el organismo nacional.