Uno de cada cuatro jóvenes no estudia ni trabaja en Argentina
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) realizó una investigación sobre los jóvenes de 18 a 24 años que no estudian ni trabajan en la Argentina. Este estudio abarca tanto la pre pandemia como la post pandemia, ya que se realizó entre el 2017 y el 2021.
El informe remarca algunos datos preocupantes, como que los jóvenes de 18 a 24 años excluidos del sistema educativo representan a más de la mitad, de los cuales un cuarto de ellos no estudia ni trabaja, por lo que son doblemente excluidos. Esto se da tanto de la educación como del mercado laboral. A nivel global, los indicadores mejoraron: cada vez hay más jóvenes que estudian o trabajan y son menos los que no estudian ni trabajan ni están buscando trabajo. Hace 5 años, 16,4% de los jóvenes integraban el grupo llamado "NiNi" (ni estudian ni trabajan y tampoco buscan trabajo) y en 2021 el índice bajó a 14,8%. Sin embargo, al desagregar mujeres y varones o diferenciar entre quienes se encuentran por encima o por abajo de la línea de pobreza, el resultado muestra una tendencia preocupante.
A pesar de haber disminuido su proporción en la post pandemia por la búsqueda de trabajo, 17 cada 100 jóvenes de hogares los estratos económicos más bajos no estudiaron ni trabajaron ni buscaron empleo en el 2021. Mientras que sólo el 12% de los jóvenes de estratos sociales por encima de la línea de pobreza se encuentra en esa situación.
Aunque la pandemia generó una leve mejora en la escolarización de los jóvenes, a finales del año pasado sólo el 48,3% de ellos estudiaba o ya había terminado estudios terciarios o universitarios. Esto significa que más de la mitad de los jóvenes de estas edades en todo el país están excluidos del sistema educativo.
Finalmente, entre 2017 a 2021, más del 25% no estudia ni trabaja de manera remunerada, aunque más de un 10% de este porcentaje está en búsqueda laboral.
El porcentaje más alto de jóvenes que no estudian, ni trabajan de manera remunerada, ni están en búsqueda de empleo es para las mujeres, quienes duplican a los varones, 20% para las mujeres y 10% para los hombres en 2021. Estos números probablemente indiquen una realidad de embarazos tempranos, que hacen que las mujeres deban dedicar mucho tiempo a sus hijos.
Lo curioso es que son las mujeres las que tienen la mayor escolarización o terminalidad educativa. En 2021 el 54,6% de las mujeres terminó estudios terciarios o continuaba estudiando secundario o terciario, mientras que solo el 42,1% de los varones lo hizo.
Finalmente, el último parámetro a medir es el de la situación socioeconómica de cada hogar.
Una nota positiva es que, si bien los jóvenes de hogares no pobres tienen mayor propensión a estudiar o finalizar sus estudios que los de hogares pobres, estos vienen en un aumento en su inserción educativa, como se puede ver por ese gran aumento del 30,6% al 38,7%.
Mientras tanto, se nota una gran diferencia entre los jóvenes que no trabajan ni estudian pero buscan trabajo en ambos casos, ya que en los hogares no pobres el porcentaje es solamente del 4,5%, mientras que en su par de hogares pobres es de 20,2%, multiplicándolo por 4. Estos números demuestran como se desfavorece a muchos jóvenes y como muchas veces las oportunidades no son totalmente igualitarias.
Por último, el porcentaje total de jóvenes de hogares pobres que no estudia ni trabaja duplica al de sus pares de hogares no pobres durante todo el período. En 2021, esta situación representaba el 17% de los jóvenes de hogares no pobres, contra el 38% entre los hogares pobres.