Justicia03/08/2022

Secuestro extorsivo: el empresario sufre angustia, estrés postraumático e insomnio

En el juicio oral y público que se llevará a cabo desde el 4 de octubre próximo a los cuatro jóvenes que secuestraron al empresario Víctor Giménez, el tribunal no sólo deberá analizar y dar su veredicto sobre la responsabilidad penal del caso, sino también el daño causado por el delito cometido. Según pudo conocer InformateSalta, continúa bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico. 

Cabe señalar que, si bien Giménez fue liberado a las 12 horas de ser secuestrado, su rescate no fue del todo limpio, ya que sufrió una grave lesión en la columna vertebral y otros golpes, todo ello como resultado del accidente registrado durante el operativo policial que derivó en su liberación.

El empresario, como se conoce, fue secuestrado por Héctor Joaquín Rodríguez, Ezequiel Maximiliano Toledo y los hermanos Franco Gerónimo y Héctor Mario Campo. Todo comenzó el 30 de noviembre a primera hora de la mañana, cuando el empresario circulaba en su camioneta Mercedes Benz, por una calle aledaña al predio de una metalúrgica “Metalnor”, ubicada sobre la ruta 26, en la zona este.


Ya tiene fecha el juicio por el secuestro extorsivo de un empresario salteño

Giménez, quien tenía una rutina que fue muy bien estudiada por los delincuentes, nunca sospechó nada. Mucho menos de un control con dos policías que lo frenaron, a la vuelta de la metalúrgica, donde fue reducido por dos de los secuestradores, quien se habían disfrazado y simularon a la perfección el falso reten.

Ya cautivo, con una bolsa en la cabeza para que no viera, lo llevaron hasta una casa en el barrio Los Paraísos, a pocas cuadras del lugar del secuestro, donde estuvo cautivo. Allí, lo amenazaron con un arma de fuego, lo tuvieron en pésimas condiciones y lo obligaron a llamar a su hijo para que reúna cinco millones de pesos, en concepto de rescate.

Antes de ello, los delincuentes intentaron robarle dinero de su cuenta bancaria a través de la billetera digital de su teléfono, pero la clave se bloqueó y no pudieron hacer nada para destrabar la aplicación. Luego, sedientos de dinero, dos de los secuestrados fueron hasta una concesionaria céntrica para vender la camioneta de Giménez, pero tampoco tuvieron éxito, pues le pidieron los papeles del auto y un permiso que no tenían.

Por último, ya enervados por los traspiés, dos de los secuestrados lo subieron a su propia camioneta y salieron rumbo al lugar del intercambio, frente a Metalnor, pero todo salió mal. Primero dos de los secuestrados, que habían sido enviados como avanzada para verificar que no hubiera policías en el lugar, fueron detenidos y quedaron alojados en la subcomisaría de Villa Lavalle.

Los otros dos, que llevaban en el asiento trasero a Giménez, fueron descubiertos e iniciaron una rauda fuga. La persecución se extendió por tres barrios de la zona este, para concluir en las calles de San Calixto, donde el delincuente que conducía se estrelló contra la pared de una casa.

Tras el impacto, el secuestrador se dio a la fuga. Unos metros antes, su cómplice había saltado de la camioneta en movimiento y también huyó. Tras el choque, el único que quedó en la camioneta fue su dueño, quien, encima, ligó el reto de la dueña de la vivienda que, en todo su derecho, salió y le reclamó a Giménez por el violento accidente.

Debido al accidente, la camioneta resultó con daños valuados en la suma de un millón y medio de pesos, aunque el arreglo del rodado quedó pendiente, pues la mayoría de los repuestos, debido a las trabas en materia de importación, eran imposible adquirirlos.


El “error” que habría delatado a los secuestradores del empresario Giménez

Afectación

Según la demanda presentada, Giménez fue víctima de las siguientes lesiones y tratamientos: 1) Fractura de Vértebra Lumbar 2) lesión bajo tratamiento y diagnóstico de deshidratación; 3) Internación por el periodo de dos (2) días en el Hospital "Altos de Salta" de Swiss Medical con el objetivo de estudios clínicos completos; 4) Actualmente en tratamiento psicológico.

El secuestro extorsivo, del que fue objeto Giménez, determinan y acreditan que los padecimientos y afecciones espirituales naturalmente se derivan del delito investigado y acreditado, el cual será discutido durante el debate.

Respecto a los daños causados, la demanda establece que Giménez recibe un tratamiento psicofarmacológico por síndrome depresivo, a lo cual se añadió el insomnio. Por la patología padecidas, el empresario asiste a sesiones periódicas y continuas de terapia psicológica.

El diagnostico señalado se traduce “en un grave trastorno de estrés postraumático de naturaleza excepcionalmente, amenazante o catastrófica que determina estados de gran angustia, depresión y ansiedad”, entre otros síntomas.

Asimismo, revelaron que “los tratamientos individualizados se cumplen desde días posteriores al secuestro extorsivo. También aclaró que no se ha otorgado el alta definitiva psiquiátrica ni psicológica”. Giménez, de 77 años, atraviesa el trauma de haber sido sometido secuestro. Por otra parte, aseguró que “el daño moral resulta notorio o evidente, máximo teniendo presente el accionar premeditado de todos los demandados”.