La legionella, una enfermedad que puede surgir del agua en los hospitales
El origen de las infecciones que generaron neumonía bilateral en personal de la salud del sanatorio Luz Médica sigue siendo un misterio, pero los especialistas ya trabajan sobre algunas sospechas.
Una de las posibles enfermedades que consideran como causa de las neumonías es la legionella o legionelosis. Se trata de una afección causada por la bacteria Legionella pneumophila
La legionelosis nosocomial, o enfermedad del legionario adquirida en el hospital, es una afección relacionada con la presencia de la bacteria Legionella en los sistemas de distribución de agua sanitaria hospitalaria.
La legionelosis nosocomial (o enfermedad del legionario adquirida en el hospital) está relacionada con la presencia de Legionella en los sistemas de distribución de agua sanitaria hospitalaria. Para identificar este tipo de infección es necesario, en primer lugar, demostrar la contaminación del sistema a los fines de establecer un nexo epidemiológico.
El aislamiento de la bacteria en los pacientes y en los puntos ambientales epidemiológicamente relacionados (aquellos en los que supuestamente los pacientes han estado expuestos a aerosoles que contienen la bacteria) permite la aplicación de métodos de tipificación para establecer una identidad o diversidad entre los aislados clínicos y ambientales para poder encontrar la fuente del brote de legionelosis, señala Marian García-Núñez, de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Los estudios de tipado molecular sugieren que la bacteria presenta una gran diversidad en cuanto a patrones moleculares. Debido a la misma, y también a causa de la amplia distribución en ambientes acuáticos, es habitual encontrar más de un clon de Legionella en los sistemas de distribución de agua en hospitales.
La forma neumónica -"enfermedad del legionario"- tiene un período de incubación de dos a 10 días, pero en algunos brotes recientes se han registrado períodos de hasta 16 días. Los síntomas iniciales son fiebre, pérdida de apetito, cefalea, malestar general y letargo. Algunos pacientes también refieren dolor muscular, diarrea y confusión. Además, en los días iniciales se observa tos leve y hasta un 50% de los pacientes pueden presentar flemas. En un 33% de estos enfermos, estas pueden ser expectorantes con sangre.
Prevención
En ocasiones, instalaciones mal diseñadas, sin mantenimiento o con un mantenimiento inadecuado favorecen el estancamiento del agua y la acumulación de nutrientes de la bacteria -lodos, materia orgánica, material de corrosión y amebas- que forma una biocapa, la cual, junto a una temperatura propicia y a la ausencia de desinfectantes, favorecen la multiplicación de la bacteria.
Por lo tanto, se debe impedir la multiplicación de la legionella en las instalaciones, mediante el mantenimiento del agua bajo condiciones de salubridad y mediante el control continuo de esta.
En exteriores se aconseja evitar estancamientos de agua, por medio de un diseño adecuado de las instalaciones; eliminar o reducir la suciedad, mediante un programa de mantenimiento; impedir la proliferación y la supervivencia de la bacteria en la instalación, mediante una desinfección continua de esta y por medio del control de la temperatura.