Golpeó a su pareja y provocó que pierda embarazos, la trató de loca y ahora será juzgado
En la Sala 2 del Tribunal de Juicio se realizó la quinta jornada de la audiencia debate contra un hombre de 46 años, acusado por de los delitos de aborto (dos hechos), amenazas (dos hechos) y lesiones agravadas por género y relación de pareja previa (dos hechos), todo ello en concurso real, en perjuicio de su expareja.
En enero de 2021, una mujer denunció a su expareja, con quien convivió -junto a tres hijas de ella- durante nueve años, en Molinos. Aseguró que, a lo largo de la relación, sufrió maltratos verbales y físicos.
El 3 de febrero de 2021, el hombre radicó en la Comisaría de Molinos una denuncia contra la mujer por amenaza de muerte y maltratos, acusándola de ser emocionalmente inestable y poseer problemas psiquiátricos. En el escrito señaló que ya no tenían una relación sentimental y que le había pedido que se retirara de su vivienda, a lo que la mujer respondió de manera violenta.
El hombre manifestó temer por su vida, y solicitó la exclusión del hogar de la denunciada. El Juzgado de Garantías excluyó del hogar a la mujer y ordenó la prohibición de acercamiento en un radio de 300 metros.
Pero al realizar la investigación de la denuncia de la mujer, la fiscal Luján Sodero ordenó distintas medidas ya que la víctima aseguró que, a lo largo de la relación, estuvo hospitalizada dos veces a raíz de los golpes recibidos y, en dos de estas oportunidades, perdió embarazos.
Según denunció, mientras cursaba el segundo mes de un embarazo, el hombre le propinó golpes de puño en gran parte de su cuerpo, lo que ocasionó que cayera al piso y le causara lesiones en parte de la cervical, y la pérdida del hijo que estaba gestando. Como consecuencia de la golpiza fue derivada desde Molinos al Hospital San Bernardo, en donde permaneció internada, no radicando la denuncia por temor.
Al año siguiente, estando nuevamente embarazada de un mes y medio, le comunicó a su pareja que serían padres, algo con lo que él no habría estado de acuerdo por lo que, aseguró, la golpeó salvajemente. Nuevamente, la mujer debió acudir al hospital de Molinos con pérdidas, desde donde la derivaron al Hospital Materno Infantil de Salta Capital.
La fiscal Sodero solicitó las historias clínicas en ambos nosocomios pudiendo constatar que en el San Bernardo fue ingresada el 28/02/17 con diagnóstico de “TEC y poli contusión” y en el Materno Infantil fue internada el 02/10/2015 con diagnóstico “presuntivo ABO c/retención restos placentarios”.
La víctima aportó que los seis meses previos a que radicara la denuncia, fueron los peores y debía pedirle perdón por todo. “Cuando en el negocio no salía algo bien, él me decía que yo soy una persona negativa, que no le sirvo, que las cosas que yo hacía no servían. A tal punto que yo tenía que pedir perdón si las cosas no salían bien, para que se tranquilizara”, narró.
Al momento de realizar la denuncia, en enero de 2021, la mujer admitió que “yo no tenía el valor para denunciarlo, sentía mucho miedo, lo hice cuando amenazó con volarme la cabeza”, y que “la casa la compramos juntos y todo lo que hay adentro es con el esfuerzo de los dos. Él la puso a su nombre y después que lo denuncié, me denuncia por usurpación. Puso que soy una loca, me sacó todo, me dejó en la calle porque me excluyeron a mí”.
Alto nivel de riesgo
La fiscal 2 de Violencia Familiar y de Género solicitó al personal del CIF que realice una valoración de la situación. De allí surgió que “la entrevistada presenta un alto grado de vulnerabilidad, depende emocionalmente y económicamente del acusado, tiene baja señal de alarma, no mide la gravedad de los hechos que vive, los naturaliza. A partir de lo observado y teniendo en cuenta el relato de la entrevistada, se puede inferir, de acuerdo a la Escala de Predicción de Riesgo de Violencia, que los indicadores de riesgo a que sucedan nuevos episodios de violencia al momento de la entrevista son: Violencia cronificada y con escalada en ella. Violencia verbal. Violencia física. Celos exagerados. Violencia psicológica. Conductas de control y sometimiento sobre la víctima. Cese reciente de la relación. Escasas redes de contención familiar y social. Naturalización y minimización de la violencia. Bajo nivel de alarma. Vulnerabilidad de la víctima. A partir de los indicadores observados se puede inferir que existe alto nivel de riesgo de que vuelvan a suceder hechos de violencia.”
Por todo ello, y a fin de salvaguardar la integridad física y psicológica de la mujer, la fiscal Sodero solicitó la detención del hombre y lo acusó por aborto (dos hechos), amenazas (dos hechos) y lesiones agravadas por género y relación de pareja previa (dos hechos).