Circunvalación Oeste: La crónica de un crimen planificado vinculado a drogas
El 10 de octubre del 2021 hallaron una camioneta Fiat Strada en Circunvalación Oeste, en su interior yacían Jonatan Tolaba y Romina Zerda, sin vida. Horas más tarde se supo que no fueron víctimas de un accidente sino de un crimen. Hoy declaró un profesional del Departamento de Criminología e hizo un relato pormenorizado de la crónica fatal.
Por el hecho están siendo juzgados Kalil Ezequiel Chejolán, Julián Bautista Bubroski y Ricardo Alberto Galarza, imputados por homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, por el uso de arma de fuego (dos hechos), en concurso real. En causa acumulada, Chejolán y Bubroski también están acusados por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.
El testigo señaló que en octubre de 2021 prestaba servicio en la Unidad de Homicidios y que el 11 de ese mes lo convocaron de fiscalía por el ingreso de dos cuerpos a la morgue. Presuntamente se trataba de víctimas de un siniestro vial, pero durante la autopsia se determinó que la pareja presentaba disparos de arma de fuego en la cabeza.
Una vez identificadas las víctimas, el comisario se dirigió con personal de Criminalística al domicilio de la pareja, donde se encontraron varios elementos que indicaban que los residentes habían estado involucrados con la venta de estupefacientes (pastillas).
Una familiar de Zerda aportó que la noche del hecho las víctimas habían planificado concurrir a una fiesta electrónica en Rosario de Lerma. El testigo indicó que a partir de los testimonios reunidos se logró determinar que Tolaba asistía a ese tipo de eventos para comercializar las pastillas que elaboraba en su casa.
El perito detalló los pasos seguidos durante la pesquisa para llegar al imputado Chejolán. Dijo que los primeros indicios surgieron a partir del análisis de los registros telefónicos de las líneas de Zerda y Tolaba. Cabe recordar que al momento del hallazgo de sus cuerpos, la pareja no tenía sus teléfonos. Chejolán reconoció luego de entregarse que él había destruido los aparatos cuando se los entregó Nicolás Ramos (sindicado por él como autor material del doble crimen y encontrado sin vida el 1 de noviembre de 2021 en un camping de General Güemes).
Paralelamente, una testigo de identidad reservada se presentó en la fiscalía, dijo que sabía quiénes habían sido los autores del hecho y mencionó a Kalil Chejolán. El perito remarcó que esta persona aportó información que fue constatada y verificada.
A partir de ello se detuvo a los imputados Bubroski y Galarza y se determinó la existencia de un cuarto involucrado, Nicolás Ramos, quien se encontraba prófugo.
El testigo refirió que el 1 de noviembre Chejolán lo llamó por teléfono para comunicarle su intención de entregarse al día siguiente. Le aseguró que él no tenía nada que ver con el hecho y que tenía temor de que Ramos –que seguía prófugo- le hiciera daño a su familia.
El 2 de noviembre el imputado volvió a llamarlo y se entregó en un café ubicado frente al Poder Judicial. Lo hizo en presencia de su abogado.
El comisario relató luego que, en el contexto de la investigación, un remisero informó que había llevado a Ramos a su casa, en barrio Solidaridad, y al advertir que había móviles policiales afuera, el pasajero le pidió que siguiera de largo. El conductor le comentó que tenía que ir a General Güemes y él le dijo que lo traslade hasta esa localidad.
Luego, una mujer se comunicó con la policía para alertar sobre la presencia de un hombre que andaba deambulando por un camping, en Güemes. La vecina manifestó que tenía actitud extraña. Le mostraron la foto de Ramos y confirmó que era él.
Personal policial inició la búsqueda del sujeto. El perito del CIF sostuvo que el rastreo se prolongó hasta horas de la madrugada. La mañana siguiente, cerca de las 7, lo llamaron para avisarle que habían encontrado a Nicolás Ramos y que aparentemente se había quitado la vida.
Sobre el posible móvil del delito, el investigador del CIF mencionó una presunta deuda que Ramos tenía con Tolaba, quien aparte de vender sustancias prohibidas se dedicaba a prestar dinero.
El investigador señaló que Chejolán le dijo que el autor material del doble homicidio había sido “Nico” Ramos. No obstante sostuvo que – en base a su interpretación y experiencia- existían indicios para concluir que Kalil sabía días antes del crimen lo que iba a ocurrir y había asumido el compromiso de participar. Pero le pesaba porque Pablo Tolaba era su amigo, por eso le pidió a su hermano que le enviara un mensaje al damnificado, por Télegram, advirtiéndole que no fuera a vender drogas a San Lorenzo porque le iban a robar.
El perito aseveró finalmente que el análisis de las cámaras de seguridad mostró que el desplazamiento de los vehículos de los acusados era compatible con los datos surgidos de los registros telefónicos.
Durante la segunda jornada también declaró la esposa del imputado Chejolán. Relató lo que hizo su pareja el 10 de octubre del 2021, desde la mañana hasta que se marchó en el auto de Galarza para asistir a una fiesta en Rosario de Lerma. Dijo que ella también iba a ir pero había desistido porque no habían conseguido otra entrada y porque no tenía con quién dejar a sus hijos.
Manifestó que los días posteriores al 10 de octubre había notado a su esposo callado, preocupado. Ella le preguntaba qué le pasaba pero solo le decía que estaba cansado. Sostuvo que le contó acerca del hecho recién el 29 de octubre, poco antes de su detención. Dijo que le manifestó llorando que sabía quién había matado a la pareja en la circunvalación: que había sido Nicolás. Ella le se comprometió a ayudarlo y le dijo que tenían que hacer la denuncia.
La testigo sostuvo que conocía a Nicolás Ramos, que era amigo de su pareja, y que sabía que consumía y vendía sustancias prohibidas.