Qué dice la última encuesta sobre el humor social de los argentinos y las medidas de Javier Milei
Los problemas de la economía, como la inflación, se mantienen entre las preocupaciones más importantes para los argentinos, según la última encuesta que realizó a fines de julio la consultora Reale-Dalla Torre.
Los datos componen el muestreo que indica cómo está el humor social en Argentina en estos primeros seis meses de gestión de Javier Milei al frente del país.
La primera conclusión es que los precios siguen estando en la cúspide de las lamentaciones, pero en términos decrecientes. “Esto puede interpretarse como una señal de que el Gobierno tiene un cierto nivel de control sobre la situación económico“, señala el estudio.
De hecho, también se destaca que casi un 14% de los encuestados considera que su situación económica ha mejorado respecto del año pasado. Otro dato alentador para el Gobierno de Milei es que la autopercepción positiva de la situación económica familiar aumentó del 32,6% en marzo a un 34,7% en julio. Es una cifra “modesta”, pero que muestra una mejora.
Pero, por contrapartida, el optimismo hacia el año que viene sobre la mejora de la economía ha caído 9 puntos. Y, de hecho, también empeoran las perspectivas a largo plazo respecto a un crecimiento sostenido gracias a las políticas del presidente libertario. Un dato que permite entender, a su vez, por qué ha caído la imagen de Milei en los últimos dos meses.
El top five de las angustias
La dificultad de que la plata no alcanza le quita el sueño al 63% de los argentinos encuestados por Reale-Dalla Torre. Está en la cima del top del ranking de preocupaciones ciudadanas. Es decir, que Milei todavía no termina de resolver los aspectos de la macroeconomía.
En tercer lugar aparece el reto de ir a comprar al supermercado: la inflación ocupa el tercer lugar del ranking, ya que incomoda al 54,7% de los argentinos.
Las dos preocupaciones que terminan de conformar el top five siguen siendo relativas a la marcha de la economía y al timming de Milei para aplicar las medidas que resuelvan el desaguisado.
Uno es el empleo, que genera malestar y expectativas en el 50% de los consultados. El otro es el ajuste de tarifas en los servicios públicos, que llega al 48%.
El único punto de los primeros cinco puestos que no es trabajo de Milei resolver es el segundo lugar del ranking. Se trata de la inseguridad. En este caso, un 56,6% de los entrevistados ubicó la indefensión como segunda opción del malhumor ciudadano.
Hay cuestiones llamativas que pueden ser tomadas como positivas en algún sentido desde la Casa Rosada. Por ejemplo, la inflación. Mientras en enero era prácticamente la principal preocupación nacional -con un 75%-, ahora en julio descendió más de 10 puntos -54,7%-.
Sí ha escalado la percepción de que el dinero no alcanza para llegar a fin de mes, puesto que mientras en enero alcanzaba la opinión del 56,7%, ahora en julio creció al 63%.
También el empleo presiona en las expectativas y el malestar ciudadano. Si en el primer mes de año generaba preocupaciones al 39% de los encuestados, hoy el miedo a perder el trabajo trepó al 50,5% de los mismos. Ahora bien, hay en este punto un dato llamativo: el 18% del total de la muestra está desocupada. Es decir, hay preocupación a futuro sobre el horizonte laboral.
Lo que se mantiene estable en este aspecto son los aumentos en las tarifas de los servicios públicos. No está medido enero, pero el pulso prácticamente se mantiene en los mismos promedios, entre el 47 y 48%, aunque por debajo de los índices relativos a la inflación o el problema de la plata.
Lo que también disminuyó es la sensación de inseguridad. Tuvo un pico en la medición de marzo, donde llegó al 63% de los encuestados, pero a fines de julio el termómetro dio cuenta de que preocupa al 56% de los consultados.
Pesimismo versus optimismo
Hay otras señales de las que se puede tomar la Casa Rosada para interpretar el impacto de las medidas económicas.
Si a fines de marzo, la situación económica era “difícil” para el 44% de los encuestados, a fines de julio disminuyó casi cinco puntos: el 39,5% opina de esa manera. Pero también aumentó la opinión de que la situación es “mala“: pasó del 22,8% al 25,8%. Eso sí, aunque pocos consideran que su situación económica familiar es buena, también hubo una mejoría: se trasladó del 5,6% al 7,2%. Leve.
Lo que también decreció es la comparación de la economía familiar respecto al año pasado. En otras palabras y en números: si a fines de enero el 50% creía que su situación era peor, hoy alcanza el 45%, cinco punto menos.
Y, por contrapartida, creció -aunque también levemente- los que consideran que está mejor: del 6% se duplicó y un poco más y a fines de julio ya es casi del 14%.
¿Y el futuro? En este apartado no le fue bien al Gobierno, puesto que las expectativas pesimistas superan por casi 10 puntos a las optimistas. La “mala onda” subió casi tres puntos de enero a marzo: del 45,2% al 48,3%. Y la “buena onda” disminuyó cuatro puntos: del 43,4% al 39,4%.
Para entender la encuesta
El estudio se realizó entre el 25 y el 30 de julio. Fueron encuestados 1540 personas a través de las redes sociales en todo el país.
Se trata de una muestra aleatoria, cuya selección se realizó de acuerdo a cuotas de sexo y edad, siguiendo los parámetros del censo 2022.