Sociedad23/09/2024

En su auto, un Jefe de la empresa “El Cóndor” de colectivo, abusó de una chofer

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Félix Hugo Thames, quien era Jefe de Tráfico de la empresa El Cóndor, es juzgado por abuso sexual. El relato de sus víctimas es aterrador. Su principal arma eran las amenazas laborales. Por las denuncias, renunció y en su lugar dejó a su yerno.

Desde este jueves, la Sala II del Tribunal de Juicio, bajo la dirección del juez Raúl Sangari, lleva adelante el debate que se sigue en contra de Félix Hugo Thames por los delitos de abuso sexual con acceso carnal (dos hechos) en concurso real, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual simple.

Tres víctimas que se desempeñaban como choferes en la empresa El Cóndor, en la que Thames era el Jefe de Tráfico lo denunciaron por reiterados abusos sexuales cometidos por el directivo, quien ya se había jubilado, pero desde la empresa lo llamaron para que siga al mando del manejo de los conductores.

Una de las denunciantes contó que entró a trabajar como chofer en 2015, primero como contratada, lapso en el que el acusado comenzó a acosarla hasta que la violó en dos ocasiones, una sucedió en el interior de su auto, en la zona de La Caldera y la segunda, en un motel alojamiento.


Jefe de la empresa El Cóndor abusó a dos mujeres chofer y amenazaba dejarlas sin trabajo

De las denuncias, surge que el acusado se mostraba siempre autoritario, libidinoso y fanfarrón. Se jactaba del poder que ostentaba, al punto tal que efectivamente podía perjudicar laboralmente a las choferes que no accedían a sus pretensiones.

Entre otras de sus excentricidades, estaba la adoración que tenía hacia su auto, al que llamaba “El Pirata”, pues utilizaba el coche para cometer sus andanzas. Una de las víctimas, declaró al respecto que cansada de los acosos, un día cobró valor y rechazó de manera terminante sus invitaciones sexuales.

“Te lo voy a hacer corta, decime si o no, si me decís que sí, decime cuando y a qué hora te paso a buscar y si me decís que no, olvídate de todo” en referencia a su puesto de trabajo, ya que siempre solía decir que si no accedía la iba a poner en la lista negra y no conseguiría trabajo en ninguna empresa de transporte.

La denunciante se negó a la invitación, pero él me decía: “Vamos un ratito en El Pirata”, pues así le decía a su auto porque era polarizado y negro. “Vamos, si en El Pirata no se ve nada; solo te pido una vez y después te puedo dejar acá sino te dejo fija en cualquier otra empresa”, le prometió.


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 En La Caldera

Otra víctima, en tanto, reveló que, dado que su contrato laboral estaba por vencer, el acusado se valía de eso para citarla y amedrentarla. En una de esas ocasiones, el acusado la convocó para hablar de su continuidad laboral, pero le dijo que, en la empresa no y que debían ir a un lugar más tranquilo, siempre con un fuerte tono autoritario. Con esta excusa, obligó a la joven chofer a subir a su vehículo, en el que la traslado hasta el puente sobre el río Wierna, en La Caldera.

La denunciante dijo que ya era de noche, cuando llegaron y que el acusado le decía que su continuidad en el trabajo “depende de esto” en referencia a su proposición sexual, la cual rechazó y evitó resistirse, pero su jefe la tomó del brazo y la obligó a bajar del rodado.

“Me sujetó del brazo y me empieza a tocar por debajo de la blusa y del corpiño”, relató la víctima, quien aseguró que en todo momento se resistió e incluso gritó por ayuda, pero no apareció nadie por la ruta. “Yo lloraba porque estaba sola y me quería ir”, recordó la joven, a la que luego desvistió y la obligó a entrar dentro del auto.

Dijo que Thames, que estaba con su uniforme de la empresa, la mantenía agarrada con una de sus manos, a la vez que la amenazaba con dejarla sin trabajo. “Vos sabes que te vas a quedar sin nada, y en la condición que está tu marido sin trabajo y pagando un alquiler, qué le vas a dar a tus hijos”, le insistió.

De esta manera, su jefe la sometió sexualmente dentro de su auto, El Pirata, en el que luego trasladó a su víctima hasta su casa y se marchó. Cuando emprendieron el retorno, y dado que se quedó en el asiento trasero, Thames le pidió que vaya adelante. “No vas a venir adelante, tan rico que estuvo esto”, le dijo.

Totalmente dolida, en shock y atemorizada, la joven sólo atinó a llorar y decirle que la había lastimado, preguntándole por qué abusó de ella. La única que dio en ese momento fue que lo hizo “para que vos estés adentro, ya tenes tu trabajo”.