Registro nacional de violadores: “El único testigo silencioso es el dato genético”

La autora del proyecto que se convirtió en ley en 2013, la salteña Sonia Escudero, contó a InformateSalta de qué se trata y cuáles son los beneficios de su aplicación.

Justicia 26/04/2017

Tras el brutal homicidio de Micaela García ocurrido en Entre Ríos, el presidente Mauricio Macri decidió acelerar la aplicación de la ley de registro de violadores, un proyecto de la autoría de la ex senadora Sonia Escudero. En diálogo con InformateSalta contó que “el único testigo silencioso es el dato genético”, por eso la importancia de llevar a cabo el banco de ADN.

Escudero contó que “trabajó muchos años en su creación en el ámbito de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado”, durante la elaboración del proyecto se reunieron con varias organizaciones sociales, “recuerdo los encuentros con Madres del Dolor y con familiares que perdieron sus hijas víctimas de violaciones seguidas de muerte”.

Allí reveló que la mayoría de los casos seguidos de muerte suceden con el objetivo de ocultar el abuso. “En esos casos no hay testigos, entonces la investigación es muy difícil. El único testigo silencioso de ese hecho es justamente el dato genético, que quedó en la escena del crimen o en el cuerpo de la víctima”, explicó.

Infografía banco genético

Para agilizar las investigaciones y para intentar evitar la reincidencia de los delitos a la integridad sexual, “que tienen un índice de reincidencia bastante alto” es que buscan reglamentar y ejecutar el banco genético nacional, que ya funciona en otras partes del mundo.

“A los efectos de avanzar en las investigaciones, es muy importante preservar ese dato genético para poder después cotejarlo”, sostuvo explicando que el banco genético contemplará muestras de dos fuentes, de las escenas del crimen o cuerpo de las víctimas y de aquellas personas condenadas por delitos sexuales.

Abuso seguido de muerte

El Ministerio de Ciencia y Tecnología sería el encargado de controlar con la rigurosidad de la tarea científica que tiene que llevarse adelante,  “cómo se toman las muestras, cómo se preservan”, teniendo en cuenta que se podrán guardar por al menos 100 años.

Finalmente una de las cláusulas impuestas en el proyecto es que el registro no esté abierto a cualquiera, sino  “únicamente a quienes investigan un caso concreto”.

 

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